Yo

domingo, 21 de agosto de 2011

Duerme conmigo

Debo despertar, y darme cuenta de que en realidad no somos nadie. Que caminamos como autómatas sin tan siquiera mirar las almas restantes. Cada vez es más probable que nos pinchen y no extraigan sangre, sino un fluido vacío del que solo quedan restos de sentimientos y de emociones inutilizables.

Debo despertar, y empezar a pensar que es mejor no sentir nada a sentir que el dolor te desgarra. Aprenderé a recoger mis pedazos, uniéndolos entre sí. Congelándolos. Provocando mi solidez y mi frialdad aptos para seguir esperando que así pueda, quizás, resistir algo más. Sobrellevar ésta vida de desencantos, donde existen espejismos que te hacen caer en un abismo.

Debo despertar, aprender a respirar en el anonimato. Pensar que que ando sola por la acera del desencanto. Negarme el placer del los dulces sentimientos, pero ahorrarme también de los crueles finales, el sufrimiento.

Debo despertar, abrir mis ojos y no sentir mi congelado corazón inalterable a cualquier dolor, a cualquier reacción producida por, dícese un alma caritativa, que promete darte el cielo y acaba regalándote el infierno.

Debo despertar, descubrir con horror el fin de mi propia inocencia. Contemplar una cruel realidad de enmascarados que recesan de su capacidad de ser uno mismo en ésta vida de inconcurrencias.

Debo ser fuerte y despertar, pero yo... yo quiero dormir para siempre.


2 comentarios:

  1. Es cierto, abundan los autómatas que caminan siempre adelante programados por en la idea de su única satisfacción a costa de cualquiera. Vivir en lo opuesto no es fácil y querer ser uno más es tentador. Buena la opción de dormir pero insuficiente pues sabes que vas a despertar, en cuanto a lo de negar, sabes que eso es imposible más allá de un tiempo, entonces qué queda? Vivir?

    Saludos desde el chip frontal del automata XoY modelo 2011

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  2. Supongo que queda vivir. Aunque siempre pensando en no ser uno más.

    Saludos desde la ventana, observando cómo caminais todos sin rumbo en la mirada.

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