Apresado. De muñecas en alza. Aguantando su peso muerto extasiado de tanta bofetada. Su cara hinchada delataba la ira desatada. Apenas podía abrir los ojos. Nariz y boca cascada en sangre a la deriva precipitando su caída. Sin fuerzas. Agonía. Golpes y magulladuras marcados sin pena ninguna. Rabia deshinibida en su cuerpo por palabras enmarcadas en su razón, en su pensamiento. -Otro día procuras mantener la boca cerrada. ¡Bocazas! Otro día te piensa antes de hablar las cosas dos veces.. Otro día si consigues ponerme en éste estado de irritabilidad, posiblemente dispare a tu puta cabeza, sin apenas darte cuenta, que eres una puta diana en mi punto de mira.
Otro día, si eres inteligente, no te hagas presente. Por que para semejante gilipollez más vale no presentarte.
Dame gracias por perdonarte la vida, y dándote la oportunidad de seguir respirando por las esquinas. Ten clara una cosa. La próxima vez te arranco los ojos. Para quitarte ésa fea idea de hablar sobre otros. Metiéndo la pata hasta el fondo...
Oportunista..

