Yo

lunes, 10 de enero de 2022

Estar sin Estar

Estoy sin estar. No sé si es el estado normal después de haber pasado tanto estrés prostraumático (y lo que me quede), o es que me voy desinchando poco a poco, no sé si mi dolor crónico ha subido a nivel agudo o si estoy tomándome kit kats de largas horas diarias.

Muda. Me cuesta despegar mis labios. Es algo tan sencillo y al mismo tiempo tan desesperador. No puedo. Al principio me pasaba cuando mi ansiedad iba a 20 mil revoluciones, pero ahora la ansiedad apenas existe, cuando viene, es con entrada triunfal y otras más llevadera. En mi mandíbula antes ejercía una tensión capaz de inmobilizarme. Incapaz de realizar cualquier movimiento. En un momento dado apenas sin buscarlo aparecía mi voz débil y en bajo tono, tanto que mi interlocutor apenas era incapaz de escucharme, pidiendo repeticiones por no alcanzar a oír mi floja voz.

Ahora mi silencio es diferente. Mis labios a ratos carecen de desbloqueo. Permanezco callada, seria, en silencio. En mi mundo sin poder dominar el espacio-tiempo. Es como si me encontrara en un cruce, coches a la velocidad de la luz siguieran su camino sin yo entorpecerles el paso, soy yo la que está bloqueada en un cubo de 4x4 que se convierte a veces en una caja blanca pero presionada. Sólo puedo mirar, quedarme quieta y ver pasar. Una nueva etapa? Quizás, la verdad es que no tengo ni idea. Y he mejorado, porque me da igual. Antes para mí era exigirme y frustrarme.Lógico, (mi caída era a toda hostia y en picado) no veía luz, sólo oscuridad.
Es la diferencia. Ahora veo luz, resquejos de oscuridad, sin que me creen presión ya que si de algo estoy bien informada es de que lo malo también es bueno sentirlo, siempre y cuando lo dejes ir y no te lo quedes para ti. Precisamente por eso mismo sé que no es el mismo sentimiento ni la misma emoción. Pienso entonces, descanso? Tal vez, no lo sé.

Sólo me encuentro sin pilas y tanto física como mentalmente estoy en batería baja.
Es como si mi cerebro estuviera en  mínimo mantenimiento. Modo ahorro por poca batería que me queda, y al mismo tiempo, un don't worry be happy, se apodera de mí.
No me encuentro mal, sino rara. Extraña. Sensitiva. Mis dolores agudizan. Todo sigue un compás en el que es fácil caer en sus pasos y entrar cuál hámster en rueda mortal llamada "de ejercicio". Quiero pensar que sólo reposo y me recupero, que curo mis heridas porque he sido malherida en mi propia guerra. Así que lo tomo con filosofía.

Sigo con mis viajes espacio-temporales y eso añade una presión que poco descanso da. Mi voz en mi cabeza me dice que poco a poco, tranquilidad, pasará. Ahora confío en ella más que en nadie, así que si ella lo dice es porque... Pasará.


Datos personales