Yo

martes, 28 de agosto de 2012

Distorsión

Caras distorsionadas giraban sobre su eje envolviéndole en un huracán de vacías sensaciones. Caras que no decían nada, que gesticulaban sus bocas imitando el pronunciarse. Sin nada que decir. O posiblemente la barrera del sonido, que ella había creado a sus propios oídos, le impedían el oír gritos ahogados en el intento fallido de una reacción a sentir.

Los pasos de cada individuo a cámara rápida. Movimientos espásmicos que agilizaban la escena. Ella en concreto estática. Visualizando sus pies quietos en un cuadrante mínimo. Sintiendo el latido de su corazón.
Un, dos... un, dos... Intervalos de tiempo de 2 segundos, ralentizado si cabe en 4. Una mente lenta en reacción que permite el enfoque en extorsión. Blanco y negro para la falta de luz en su campo de visión.

Cierra los ojos unas décimas de segundo. Tan rápido como a la velocidad de la luz los abre por completo.
Caminantes recuperan su ritmo normal. El aire caliente acaricia su cara. Barrotes de cristal que antes la aprisionaban se deshacen sin más. Libre. Liberada. A sí misma se miente. Un cubo perfecto de seis caras que la mantienen recluida en una mente peligrosa donde perderse. Una cara que se desvanece hacia un infinito de vacío eterno y consecuente. En el absurdo de la incoherencia que en ella misma siente.

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