Yo

jueves, 8 de septiembre de 2011

Tu café

Hoy he soñado contigo. He soñado que me levantaba y te veía ahí, pensativo. Con tu café de cada mañana. Mirando al infinito. Y acercándome poco a poco notabas mis manos acariciarte con nostalgia, besándote la nuca, sintiendo tus entrañas, deborándote en sigilo. Me miras. Te miro. Y me siento delante tuyo provocando un desafío, el cuál aceptas con mucho gusto, atacándome sin previo aviso. Me gusta. Me pones.
Me abres de piernas ante ti preparado para una degustación en porciones. Y siento mi cuerpo temblar de tanto sentir tu roce, tu lengua lamiendo mi escote, tu mano haciéndose notar aquí abajo, donde pone escrito tu nombre. Te vuelves bravo, y me coges de lado mostrándome quien es aquí el macho...
... Bendita sed animal ...
Entra en juego el instinto. Aquél que hace perderte en el delirio. Aquél que te empuja hasta un éxtasis desmedido. Sientiendo el placer como norma a establecer. Un predominio. De tu cuerpo sobre el mío. De tu alma en mis entrañas. Haciéndote eco en instantes de intensidad dividida en dos partes, una grave y otra moderada. Haciéndome sentir tu esclava.
... Bendita esclavitud ...

Desperté, observando mi alrededor, pensé en tu recuerdo, bonito momento...

Ahora viene lo mejor... Estás ahí, con tu café... mirando al infinito...
"Buenos días", otra vez...


Datos personales