Yo

sábado, 1 de octubre de 2011

Puños

Puedo ver en el rojo de mis ojos, del infierno decadente, tu imagen asfixiante retratada al detalle. Perdí las fuerzas por seguir, por caer en un debate. Debate moral, de un cielo imaginable. De tu mierda salpicándome sin más, por la agonía de nombrarte. Y con fuerza grito al desvarío de suspenderme en un infinito, donde todo es humo, donde vivir es un suspiro.
Te miro. Como quien mira un puñado de carne putrefacta en la nevera. Asco. Me acerco poco a poco, mirándote te provoco, y sintiendo tu respiración débil y en decadencia recorro tu rostro con mi lengua. Para comprobar si tus lágrimas son dulces o tan ácidas que envenenan. Repugnancia me produce tenerte cerca.
La palabra perdón en tus labios pierde significado. Siento que por dentro el alma me quema.
Y te cuelgo cada una de las medallas que ganaste con empeño atravesando tu carne, haciéndote sufrir una mínima parte..

- ¿Qué te arrepientes? Más me arrepiento yo de tener algo de corazón y no arrancarte el tuyo de cuajo, sin ton ni son...
- ¿Que me quieres? Te quedan grandes esas palabras, pues no tienes ni idea de lo que es sentir Nada...

Y en cada instante que me miras con cara de covarde, arremeto contra tí un puño implacable, y no por hacerte sangrar sino por sentirte sufrir aún más...






Datos personales