Yo

miércoles, 14 de diciembre de 2022

Ruido

Un escalofrío general hizo recorrer electricidad por todo su cuerpo para sentir su despertar de repente. Cada poro de su piel se erizó desde la punta de sus dedos índices, de los pies, hasta cada punta de pelo de su cabello. 
Cerró los ojos por un momento para sentir su ingravidez. Dejó ésa sensación de peso en todo su cuerpo. Manteniendo la calma, se centró en su respiración, de repente el ruido cesó. Se comprometió a que su respiración fuese su único objetivo. Mantenerla relajada, disfrutando de la sensación de descarga de únicamente sentir... silencio.

Se mantuvo unos minutos disfrutando del momento. Sólo estaba ella. Su cuerpo, sus sensaciones, sus emociones. Sin carga. Hasta que sintió un roce en el antebrazo que la devolvió a la realidad. Abrió los ojos, y una mano la cogía para después soltarla y preguntarle por gestos si todo estaba bien con un, ok?
Hizo el mismo gesto para confirmar que todo iba bien. 
Él la cogió de las manos situándose en frente para mirarse a los ojos. Una media mueca que definía una sonrisa entre ambos dejó escapar la adrenalina.
Volvió a cogerla de la mano y le indicó la dirección donde iban. Ella se dejó llevar, ayudada por sus piernas, que no sentía pesadas. Durante el movimiento, disfrutaba del momento que estaba viviendo, de todo lo que sentía su cuerpo, empapándose de cómo reaccionaba cada parte de su ser ante tal situación. El paisaje era maravilloso, pero lo era aún más el hecho de que no sentía ruido en su cabeza, tan sólo escuchaba su respiración, cómo sus pulmones trabajaban por ella, por inercia, y sentir que el silencio reinaba en ése momento para ella. Otro mundo.

Poco a poco fueron llegando al lugar, las rocas asomaban en su campo de visión, al llegar a ellas las acarició, sentía la baja maleza que suavemente se deslizaba entre sus dedos. Notó de nuevo la mano, que la agarraba, para ver que con la otra indicaba el destino apuntando hacia arriba. Parecía bailar en una armonía, de subida tras él, para llegar a la superfície, sacar la cabeza, sentir que su chaleco tomaba la iniciativa de mantenerla a flote y quitarse la máscara y el regulador.

Una sonrisa compartida que dejaba paso a la grabación , fotograma a fotograma, mediante la retina para crear archivo clasificado como "momentos". Nadaron hasta las rocas y subieron a descansar. Carcajadas.

- Qué tal está usted? Qué te ha parecido?
- Maravilla. No tengo palabras.
- Y ayer hablando de que que te habías querido bajar de la vida. Tú?!
- Y mira dónde estoy hoy. Gracias por regalarme ésto.
- Eres tú la que te lo regalas. Por un trabajo bien hecho. Volvemos?
- Sí, pero tardemos un poquito más en volver, quiero disfrutarlo.





jueves, 1 de diciembre de 2022

Yo soy gris, pero tampoco es para tanto. 
Sigo oyendo aquellas voces encerradas en mi cuarto. He buscado entre las luces y las sombras, he rezado a los dioses para que se rompan. He contado hasta diez para no sentirme sola. Mueres o vives, no hay otra. He buscado en mis raíces y he olvidado mis matices.. ésos que asoman.
Tengo tanto en mi interior que si abro mi corazón es para que te paralices.
He tocado lo más hondo, he caído por inercia, si buscas en mi transfondo hay una niña llorando porque ha perdido su inocencia. 
Las balas no me silencian, la droga no me anestesia. Soy una diosa en la cama que le da mil vueltas a ése dios de tu iglesia.
La locura como esencia, la mirada de escopeta, de entre todos los corazones el tuyo es el único capaz de cerrar ésta grieta. Apreta. 
Llevo vacía la maleta, no me fío de aquél que no cumple su promesa. Busco a una persona que me quite la corteza, pero soy de caja fuerte, de pura naturaleza.
Sólo hay una certeza, el amor sin pureza termina en el llanto.
He llamado al diablo, y he cerrado el contrato;
- Yo te cuido si pones un trozo de alma en mi plato.
Ha cogido un cuchillo, y ha cortado por lo sano. Me ha dicho que él me cuida, que un corazón negro pesa demasiado.

lunes, 21 de noviembre de 2022

Mi cabeza me come


 Busco a Morfeo. Espero que me ofrezca la pastilla roja y me despierte de una supuesta realidad que me agota, que no le encuentro el sentido. No encajo. Mi mente enloquece a otros niveles que no puedo controlar. No encuentro el sentido a muchas cosas, demasiadas, quizás. Y mi mente se resiente por valores que no encuentro en otras representadas. Me siento rara. Me siento diferente, quiero escapar a otro horizonte buscando darle un sentido a mi vida, nuevamente. Un sentido que aún no he encontrado, que no se caracteriza. Quiero vivir, sentirme tranquila, que me desconecten de ésta y creer en otra vida.

Pero no sé dónde, me siento perdida. Pienso que crezco cada día y la maceta en la que me plantaron me queda más y más pequeña día tras día. Brotan mis hojas y no tienen espacio, entre cuatro paredes sólo diviso mi naufragio, y a veces, me rindo ante él. Me dejo llevar por la marea, no me gusta y me siento incompleta, y un vacío existencial se apodera de mí de forma desmedida, el monstruo que sale de debajo de mi cama asoma para devorarme y acabar con ésta trama.

Incomprendida. Por mí misma. No por los que me rodean que ven estabilidad en mi mirada, cuando en realidad mi mente cada día es una batalla. Y grito en silencio, auxilio, de manera desproporcionada, mi corazón se hunde en un mar de lágrimas que no dejo que se derramen en cascada. Y aguanto, me las guardo para mí, para mi cielo encapotado, para intentar una y mil veces resurgir de un desierto desanimado. Y lloro, lloro en silencio cuando estoy sola, no representa mi idea de vida cada día que la luz asoma. 

Para mí son días grises, pensamientos en reforma, para encontrar qué es lo que falla y encontrarle solución ahora. Ahora mismo ya, la necesidad me desborda. Me ahogo. Intento coger aire al respirar. pero una bola en la garganta decide qué cantidad de aire puede pasar, y cuál no, mi mente me absorbe. Me corroe, me deriva a una zona dónde no encuentro indicaciones. Y sufro, recuerdo porqué me enganché de nuevo a la vida, y donde antes encontraba luz ahora existe un agujero negro en el que me encuentro absorbida.

Quizás una mochila de reproches, a mí misma, desencajan mi mandíbula. Golpe tras golpe un saco de boxeo que se vacía. Una arenilla que cae al girar un reloj de arena, demasiadas vueltas ya para encontrar la manera de no pesarme más la vida. Pasa el tiempo a la velocidad de la luz y no me doy cuenta de que todo caduca en la vida. Que se acaba el tiempo, que no encuentro remolque, que mi viaje no tiene destino sino que me corrompe, en un infinito vacío, sin soporte, donde se apaga poco a poco mi luz y me descompone. 

Porque sigo agotada sin más, y sigo por inercia, porque no encuentro respuestas en las que descansar mi penitencia, de no saber qué hago aquí, de no saber cómo seguir, de no encontrar un motivo que me haga sentirme feliz.

Así estoy hoy, y viene pasando en días, me canso de empujar del carro de la melancolía. De recuerdos de cuando me encontraba fuerte, de recuerdos de empoderamiento creciente, hoy no me reconozco ante el espejo, hoy quiero recuperar por mí misma mi aliento, Para seguir, para seguir empujando, para saber que vienen momentos mejores y pensar en éstos para estrujarlos. Para sacarle jugo, y aprender de ellos, aunque los malos momentos se sientan eternos.


lunes, 24 de octubre de 2022

Ésta carta es para ti,
Por mucha oscuridad que veas en cierto momento de tu vida, no existe la oscuridad sin luz.
La vida trata de enseñarte, la vida te pone en situaciones, algunas duras, otras extremas pero también te rodea de belleza, que, a veces, por no saber ver y obcecarte en lo malo, no puedes ver.
Para un momento. Pon tu mente en blanco y respira profundo. Date unos minutos. 
Pregúntate cuál es el problema, y apunta, qué soluciones ves. Confía en ti, si la vida te llevó a ése momento fue para que pensaras cómo superarlo, para que vieras todo lo capaz y fuerte que eres para afrontar cualquier situación. Piensa. Desde la calma y hablándote con mimo;
- Tú puedes con todo cariño.
Y es que el poder más absoluto e infinito, lo tienes tú. Tú que dudas quizás de ti, en tu intimidad, en tu yo más personal. Tú. Eres capaz de superar ésto y mucho más.
Porque existe un poder innato dentro de ti que se encarga de darte la fuerza para sobrevivir. Y no tan sólo sobrevivir, sino a aprender.. porque crecerás con el paso del tiempo y mirarás atrás, y te aseguro que estarás orgulloso de ti. De todo lo que viviste, de todo a lo que te enfrentaste, todo lo que superaste y podrás decir;
- Todo lo que aprendí...
Busca la luz. Encárgate de rodearte de gente bonita, gente vitamina que se encargue de alimentar tu yo. Aléjate de personas dañinas, de la gente que no siente empatía, porque no te aportarán nada, tan sólo dolor y baja autoestima.
Y ésta vida es una, de ti depende darle el color que tú sientes. Piensa que la vida son tres días y vamos por el segundo...
Que no se te escape entre tus dedos el tiempo. No te quedes con sentir que has pasado por aquí de puntillas. Quiérete, porque a ti te tendrás toda tu vida, contigo hablas, contigo te ríes, contigo bailas, contigo lloras y sientes que estás vivo. Cuídate, porque tenemos un cuerpo de prestado y embellecete. Por ti, por nadie más. Porque cuando te miras al espejo la única respuesta es tu verdad. Y sabes que vales, vales mucho más de lo que sientes, de lo que te hicieron pensar. Abraza tu cuerpo y dite;
- Contigo a muerte.
Y vivirás situaciones, circunstancias, buenas, malas, amargas. Pero aprende, empapate de lo que sientes, en cada instante contigo de referente. Para conocerte, para aprender, para crecer. Evoluciona y crece, significa que le sacas jugo a todo lo que aparece en tu camino. Llora, grita, canta, ríe, baila, háblale a tu horizonte, a tu destino. Sobretodo habla y comparte, a veces la mente nos juega malas pasadas si te encerraste. Y hay gente que te quiere, te ve sufrir y no sabe ayudarte, pero lo está deseando, sólo enséñales tu sentir más inquietante. 
Existen instantes a tu alrededor, todo en ésta sociedad es autocontrol, sin importar ver que el tiempo dura un suspiro y quizás cuando pares y te des cuenta que es demasiado tarde. 
Mira a tu alrededor, mira al cielo, mira las nubes, mira una flor, siente cómo el viento te envuelve, te roza suavemente y se marcha a buscar otro ser al que abrazar.
Vive con los tuyos, con los que son de verdad. Observa las sonrisas, ésos momentos mágicos de felicidad, que quedarán en tu memoria, y no los grabes para después más tarde, vivelos ahora, en ése preciso instante, y da gracias por tenerlos cerca y gozarlos a tu manera. 
Crece, crece y no pares de crecer. Ésta vida se te dio para aprender, aprende a que todo es por algo, si sufriste fue por algo, no lo dudes nunca, tu vida es una. Tú eres único, única. Y eres libre para saber que tú tienes el poder, sólo tú, de saber cómo sientes las cosas, de lo que te afecta, de cómo lo superes y cómo le sacas jugo a ésa historia.
Cree en ti, aunque tengas voces que no te lo hagan sentir. Cree en ti. Porque te vas a acompañar toda la vida y podrás hacerlo con tu apoyo más infinito.
Y aunque vengan momentos oscuros, que vendrán, lo sabemos sin más, los podrás superar, te habrás equipado lo suficientemente para batallar y dsp ganar. Y llevarte ésos tesoros que simplemente te sumarán. Ya lo verás...
Vive por favor, vive por ti.




Ésta carta es para todas aquellas personas que me dedican unas líneas en privado y sienten o se ven reflejados.
Qué mínimo que un regalo, de mí para ti. Porque todos somos únicos en éste EXISTIR.

domingo, 9 de octubre de 2022

- Encantada, soy Yo

Loca.. . de camisa de fuerza
Incorregible.. sino me aporta un beneficio
Intransigente... con el instinto 
Desafiante... cuando me atacan
Inestable...fuego incontrolado
Fiel... a mí y a los míos 
Atrevida...juego
Intensa...porque soy mi mente
Insistente....porque me importa
Guerrera...porque así sobreviví
Inolvidable...dejo huella
Libre...condenada al dolor
Caprichosa...muchas veces
Mordaz...ataca a los míos 
Insoportable...a veces
Indiferente...no importa
Amorosa...desde que aprendí 
Fuerte....porque mi vida me obligó
Elástica....no me ha quedado otra
Irreverente...yo conmigo
Rebelde...no miran por nosotro
Independiente..ya no soy esclava
Revoltosa...si me lo permite el tiempo
Desobediente...si quiero
Viajera...imaginaria
Sincera... Sin máscara
Emocional...mi naturaleza



martes, 27 de septiembre de 2022

Brotar

Yo no soy una estrella fugaz,
yo soy mi luz en mi oscuridad.
Soy capaz de alumbrar el pozo del que vengo, mi segundo hogar.

Una guerrera de instinto animal,
una felina que asomada está.
Escalo los muros para escapar,
camino por tejados, ésa es mi libertad.

Y lo que pase dependerá de mí
no tengo duda, voy a seguir.
De todo se renace siendo más fuerte.
Creces, creces, creces qué más quieres?

Y lo que vivo ya es cuestión de honor,
mi dolor lo tiro al contenedor...
Ahora me levanto siendo fuerte
se expande ya mi mente divergente.

Quemo mi mundo en mis manos,
broto de nuevo vida sin descanso.
Lo que antes eran cicatrices,
se convierten ahora en alas, yo soy libre.

Mis cenizas huelen a hierbabuena,
a romero, y a las azucenas. 
Mi ave fénix resurge de nuevo
hay mucha vida después del fuego.

Y si volteo y miro atrás, 
Se me fue la olla, quise apagar.
Qué puta locura, con sinceridad
Qué sería del mundo sin mi singularidad.

Establezco hilos, mis intersecciones,
en un mapa apunto mis anotaciones.
Y si no te encuentro en mi recorrido,
quizás en otra vida seas digno.

Puñales que me quito de mi espalda,
ahora juego con ellos en dianas.
Si lo tuviste y no supiste ver,
tiempo de sobra para reconocer.

Ahora no vengas con historias
Me dijo aquél día, aquella, la otra...
No me gusta la gente normal
Prefiero a mis perros, su fidelidad.

Me sobra una mano para contar
la gente que me quiere, que es de verdad.
Quizás me volví muy exigente,
pero no me vale cualquier mente corriente.

Me aburro tanto con la sociedad
que de lianas me quiero columpiar.
Y si es montaña que quiero escalar,
apunto la siguiente sin ésta acabar.

Me trasplanté en tierra libre,
dibujaban solas mis raíces.
Porque crezco a lo exponencial,
me faltan vidas para tan sólo plasmar.

Aquí lo que yo siento en mi pecho,
ése pellizco que me sale de aquí dentro.
Para mundos infinitos recrear
que aunque tengan luz también tienen oscuridad.








viernes, 23 de septiembre de 2022

Hoy llueve

Hoy el cielo soy yo. Llora conmigo, a raudales. Y nubes negras dibujan relámpagos cada vez más cerca, seguidos de un estruendo que rompe en mi cabeza.

Hoy lloro de tristeza y siento rabia porque mi alma se rompe en pena. 
Autovías de posibilidades a escoger que mis lágrimas no me dejan ver. Se empañan mis cristales. Bajo ventanillas buscando un ápice de aire. Doy las luces y no alcanzo a ver un punto fijo que me sirva de referencia en mi estado cognitivo. 
Los parabrisas parecen locos de un lado a otro, con la desesperación de que su trabajo hoy no se ve recompensado, pues ésta es una lluvia torrencial. Caballos desbocados.

Y giro, a ver si éste puede ser el camino, pero no. Un túnel desbordado tiene una advertencia escrita, el agua. 
El agua que me llega hasta la barbilla. Que no me deja respirar. Fugas inadvertidas. 

Así que salgo del coche. Cierro tras de mí la puerta y reposo mi cuerpo en ella. Me mojo, como si hubiera entrado vestida en una ducha fría para ver si mi mente espabila y abre mi capacidad torácica para expandirme. Respira!
Y lloro. Mientras se cala mi ropa en mi cuerpo, sollozo, grito en silencio porque no me sale la voz. Grito en sonido sordo y siento que voy vomito el corazón.

Y no puedo más. En mi pelo corto caen gotas de agua que llego a acariciar con mis manos, y no puedo dejar de tocarme sintiéndome perdida en una tormenta de emociones que me parece sobrenatural.

Una batalla interna que mi cuerpo sufre de nuevo y pasará factura... Sin más.
Funciona así. Funciono así. Sintiendo que me rompo y que me vuelvo a reconstruir.

Una estación de tren, un largo y gris badén que me da para coger carrerilla y coger barandilla de un tren del que desconozco su destino, pero señales en sueños infinitos me avisan de que puedo perderme, pero ésta vez, por escapar de un dolor atronador que no descansa en ésta tormenta.

Llegará la calma, durante la espera, pero hoy no veo de cerca con ésta lluvia violenta.

jueves, 22 de septiembre de 2022

Mañanas

Otro día que abro los ojos. Miro el blanco techo unos instantes y ya no puedo acordarme de si he escuchado la alarma o si mis ojos han dado su primer golpe de estado del día y se han abierto solos por decisión propia. 
No pienso. No puedo. Mi cuerpo está en mi cama, pero apenas mueva nada. Casi ni parpardea. No estamos.

Valoro. Miro al cielo por mi ventana a ver qué color ha decidido ponerse hoy. Las hojas de los árboles se mueven, y una suave brisa mañanera hace que se estremezcan mis piernas, e involuntariamente ellas solas, deciden taparse.
Oigo cantar a los pájaros, y la vecina del bloque de enfrente ya relincha a su nieta pequeña que se tome la leche. 

Permanezco inerte. Aunque mis sentidos agudizan y los sonidos cotidianos me devuelven a la realidad? A una realidad? Ésta quizás? La que se llama ahora "normalidad"?
A veces difiero. Y otras muchas sólo por aburrimiento.

Me autoescaneo buscando agujeros negros donde exista un dolor persistente. 
- Ahí estás. De momento te comportas eh..
No me des mucha traya hoy y nos llevaremos bien...

Poco a poco me estiro. Alcanzo sensuales siluetas sin ánimo de lucro propio. Pero son movimientos en los que se ve atrapado mi cuerpo y siento un bienestar interno en el que encuentro placer.
Esos pequeños placeres de la vida...

Recojo todo el poder de mi alma de buena mañana y me siento en la cama. Toco con mis pies en el suelo y los miro. 

- Vamos, tú puedes nena. Viniste para dar caña en tu mundo. Dale.
Y te preguntas que si es valiente?
Te contaré algo.

Ha vivido cosas que le han destrozado el alma.
Ha escuchado cosas que le han matado por dentro.
Han desconfiado de ella cuando más leal ha sido.
Y ha recibido la traición cuando más confianza ha dado.
Pero mírala, ahí sigue de pie. Y con esa sonrisa pintada en su rostro...

jueves, 7 de julio de 2022

El hombre

Miles de puntos negros formando el juego de la serpiente siguiendo órdenes de un látigo de más de siete puntas. 
Nudo de serpientes en el que un órgano de Jacobson pretende descifrar quién y con qué pretención se acerca el siguiente peligro. 

Fábrica de crianza donde un sexador es capaz de dictaminar quién es apto y quién no para seguir tejiendo una red de araña donde el tejedor es presa de su propia obra, el que carece de público. Cadenas y golpes entre bastidores donde nadie tiene en cuenta nada.

Pijama de rayas con número determinado segun sea cuándo, cuál, cómo y el porqué de su procedencia. Postrados uno al lado de otro formando mosaico para generar la gran sonrisa, de oreja a oreja, del que no lleva una batuta, sino un bate con hierros acabados en punta al que presuntuosamente se le ha otorgado el bonito nombre de Lucille.

Aletargados. Entes en blanco, automatizados. Hormigas en fila india  siguiendo patrones de insignia vapuleadas por sus propias consignas. 

Bombardeo audiovisual con diferentes reseñas para asegurar un futuro inexistente en el que el juego del colgado se cobra en contrapartida.

Puntos que abren alas y pasan a lista de desclasificados. Perdidos. Errantes de cara a la masa. Pardillos, por no seguir el cauce que establece "la madre tierra?"
Creyendo vivir en una libertad acotada entre corchetes.

¡Paren el mundo que me quiero bajar! Gritaba Mafalda en una viñeta de Quino.
Un mundo salvaje donde el animal, en la zona más alta de la pirámide de Maslow no encuentra techo. Siguen creandose zonas a cada cuál más involutiva, para disgusto de Darwin.

Quien se ha interesado un poco por la historia sabe que el hombre es animal de guerra. Sabe que se repite una y otra vez el mismo cuento, la misma moraleja. 

Triste. Una evidencia.









viernes, 24 de junio de 2022

Húmedo

El grupo estaba animado. Risas íban y venían, el chocar y el brindar ya no sonaba al unísono pues el alcohol causaba ya su efecto. Y entre todo el barullo sólo habían dos miradas furtivas que permanecían serenas. Pendientes el uno del otro, con gran disimulo pasando desapercibidos,  podía escucharse desde lejos el palpitar, el sentir unas ganas deseosas de rozarse la piel, como quien no quiere la cosa.
Se escudaba bajo una visera negra que no dejaba al descubierto el rojo de sus mejillas. Pero como fallo permanente cada vez que alzaba la vista no podía sino buscar sus ojos. Al encontrarlos, esquiva. Demasiado tarde. La coincidencia siempre era efectiva. Había determinados momentos en los que parecían jugar al aguante. Desafiantes. Quién perdía antes al sentir el calor en su cuerpo y tener que cambiar de punto de mira, por aumentar su adrenalina y crear incendio.
Ella lo observaba mientras en conversaciones participaba, pero siempre jugando con la diana en su campo de visión. No podía evitarlo. Una conexión se estableció, no sabían muy bien el cómo, sin apenas cruzar palabra al conocerse. Estudiándose, nuevo frente.
Desde aquél día ambos percibieron un pinchazo en el costado, un libro abierto en conocimiento de interior. Diciendo con miradas lo que no pronunciaban sus labios en ninguna ocasión.

Desapareció al cruzar la puerta, porqué motivo no recordaba. Al girar media vuelta casi choca con su visera. Demasiado cerca su rostro, respiración entrecortada, sonreía quizás por nervios, quizás por valentía, sonrojada.

- Vas a parar?
- A parar qué? (media sonrisa)
- El ponerme nervioso.
- Te pongo nervioso? Yo? 
- Lo sabes bien... 
Acercándose poco a poco le susurró suavemente al oído
- Al final vas a obligarme a besarte.
Bajó la mirada sonrojada y soltó aire. Reunió el valor para levantar su cabeza y mirarle directamente a los ojos.
Antes de que pudiera decir nada sus labios se encontraron con los suyos.
Lenta, suave pero al mismo tiempo ansiosa encontró su lengua en su boca, a la que buscó con desespero mientras agarraba su cuello. La bilirrubina subió cuando la apoyó en la pared. Eso hizo crecer el deseo, el hambre, el desenfreno.
Paraban de vez en cuando para apoyar sus frentes y mirar hacia abajo mientras se acariciaban. Pero era tarde ya para recuperar el punto muerto.
Fuera seguía el grupo, y ellos prefererian seguir en el anonimato.
Escucharon pasos y ambos se separaron automáticamente, evidenciando su torpeza, pero el embriagado amigo no tenía los cinco sentidos en alerta para darse cuenta. Varios entraron. Cortaron ése momento preciso en el que el deseo descontrolado daba rienda suelta. Alta tensión en sus cuerpos.

Las miradas se volvieron intensas, aprovechando el júbilo de sus amigos que jugaban en otro canal totalmente distinto, ahora se miraban de forma desafiante. Jugando el uno con el otro. 

Pasaron las horas y poco a poco desaparecieron personas. Los últimos dos amigos ofrecieron su coche para llevarla. Pero con agradecimiento declinó la oferta;
- Me quedo para ayudar a recoger.
- Ya la acerco yo después.
- Vale, mañana nos vemos chicos, buenas noches.

Mentiras. Querían quedarse sólos por fin. Habían deseado ése momento toda la noche. Mientras recogían en silencio podía sentirse la tensión a flor de piel, ninguno de los dos se miraba, limpiaban nerviosos por dentro, por la escena planificada.

Ella llevó los vasos a la cocina, y dejándolos en la pica notó las llemas de sus dedos acariciando sus muslos suavemente. Se le aceleró el corazón, sus palpitaciones aumentaron, disparó su tensión mientras él escalaba su piel. Notó su humedad, eso hizo que mordiera sus labios de placer, y cuando entraron sus dedos dentro, él bufó, notando su miembro crecer. Ella respiraba entrecortada abrió la piernas y estirando brazos agarrándose a la pica hundió su cabeza para poco después estirar su cuello, su cara mirando al techo mientras gemía de placer. 
El ritmo se aceleró, sus respiraciones también, y cuando ella se corrió giro su cuerpo y cogiendo suavemente su cara lo besó con unas ganas desbordadas. Sin autocontrol.
Él acariciando sus muslos la elevó a horcajadas y acomodandola en su cintura se la llevó a su cama. La dejó poco a poco, la desnudó muy despacio, con cariño, mientras él también se desnudaba. Sus bocas habían bajado ritmo y la suavidad y la delicadeza abrían camino. Ella de pronto cambió situación, se colocó dominante mientras acariciaba el cuerpo de él, besando cada rincón hasta que se dirigió a su miembro erecto mostrando en esplendor su placer. Y lo lamió. Mientras provocaba bufidos en él, el corazón a cien, y ella mirándole a los ojos disfrutando de ése momento en el que lo volvía loco.
No pudo reprimirse y él acariciándola  subió a su boca y se besaron una y otra vez mientras se colocaba encima de ella. La mirada en ése momento quedó ajustada, los teletransportó a otro mundo, en el que estaban solos, juntos, donde no importaba nada más que ellos dos enredados entre sí. Y poco a poco deslizándose hacia sus adentros, sus gemidos fueron alzandose en el tiempo y desgarrandose el uno al otro de pasión formaron uno solo en ésa habitación. 
Sus respiraciones, sus gemidos sus cuerpos desnudos y sudados provocaron un charco en las sábanas, en su cama. 
Así permanecieron varias horas sin dejar de degustarse, sin dejar de tocarse, de acariciarse, de sentir una simbiosis que acabó por dejarles destrozados hasta el amanecer.

- Ven aquí, que te coja - y besando su cuello suavemente le susurró - Descansa.
Cuando ella ya había caído rendida utilizando su último esfuerzo para pegar su piela la de él. 

miércoles, 15 de junio de 2022

domingo, 12 de junio de 2022

Luz violeta

Reposaba la cabeza en sus brazos, los que con sus manos, recogían sus piernas.
Su cuerpo protegido por dos grandes alas proporcionandole calor, formando un capullo de protección al dolor.

Paredes blancas corridas en negro y grises, toda la gama. Ventanas de cristales tapiadas con tablones de madera seca y desconchada. 
Por entre finas rendijas entraba una delicada, suave y débil luz que alumbraba la estancia.

Vacía. Cuatro paredes maestras encorsetaban un aire viciado. Ahogo.

Ganó sus alas hacía ya tiempo pero aún su herida supuraba. Vendas ensangrentadas cubrían su cuerpo, heridas de batalla.
Recuperar las fuerzas desde el epicentro trabajo le costaba, calma, serenidad, silencio, las voces de sus demonios en la oscuridad se alejaban. 

Pagado un dolor ocasionado con el esfuerzo de su alma. Purgar un carácter no conocido por herencia legendaria.
Conocer el medio, vislumbrar el sentido, galones que vas ganando en el camino. Recibió la gracia de ganar sus alas para seguir ayudando con un conocimiento adquirido, a otros seres, a ojos latentes que sin abrir la boca...piden auxilio.

El calor fue aumentando hasta crear una pequeña esfera. Una esfera que proyectaba una pequeña luz morada, un violeta en potencia. Desde dentro, en su vientre, fue creciendo en volumen, una energía prominente. Poco a poco fue elevando su cuerpo abriendo sus alas. Inminente.

Y se elevó, abrió sus alas, las que batió para desterrar el polvo de sus entrañas y dar paso al valor, el que sintió que le apoderaba. Un amor que de escudo sirvió para más tarde dibujar una figura esbelta y delicada. 
Evolución completada.

Sobrevoló manteniendo el posicionamiento vertical, serena, tratada en singular. Observando la estancia en la que se encontraba, le sorprendió ver dónde se había sentido recluida y abandonada. Se fijó, en su cuerpo malherido, rozó su mano al tacto, ésta vez con mimo, con cariño. Con la pena de lo sufrido, pero con la constancia de que todo había merecido.

Creó una fuente de energía desorbitada que explotó en luz, una luz que al admirarla cegaría los ojos de quién la mirara. Partió tablones, explotaron cristales, una luz que ciega pintó paredes en malva.

Respiró profundo, aire limpio, su cuerpo sanaba, de nuevo su destino. Se acercó a la ventana y con delicadeza cruzó la barrera recluyendo sus alas y una vez fuera observó con alivio su entorno, sintió la fuerza, su naturaleza.
Por fin estaba conectada.

Volteó su figura en el aire formando remolino, de él se desdibujaron heridas, la sanación representaba.

Y con una sonrisa sin poder reprimir alzó el vuelo para aprender a sentir, a percibir lo que antes no tenía sentido, en un  abrumador estallido de emociones por vivir. 

Por ayudar a otros a descubrir cuál es el verdadero sentido de la vida.


viernes, 10 de junio de 2022

Carcasas vacías


Una palabra de cariño, un adjetivo, para cada una de las personas que te arropaban tu alma en un abrazo, en un gesto bonito, con todo el amor, abiertos sus brazos, se ofrecían para levantarte al alba, de ellos sacabas fuerzas, para sentirte resguardada. Creías haber encontrado la almohada donde descansar tus golpes. Espejismo.

Fuerzas se vuelven en tu contra. Fuerzas en las que al girar el cartel, la palabra es otra.  Descubres con asombro que se convierten en tormento. Caras desfiguradas atormentan tu lamento. Ojos vacíos de un sentimiento, cuchicheos en una esquina con mal entendimiento.

Palabras bonitas llenaban sus bocas cuando sus gestos te dejan sola en una sala vacía. Palabras, palabras, palabras...
Expresión poco sincera o carente en contenido.

Dolor. Por creer que por fin te rodeaste de gente que tú elegiste con criterio y con razón, de repente sueltan cuerdas y caes de nuevo en lo que nunca olvidó tu pena, la tristeza de una certera idea que te acompaña desde el nacer... Tu soledad.

De donde emanas e irradias TU fuerza, escarbando con uñas y dientes en tu infinita esencia, para...poder. 
Verte guerrera y seguir adelante para no cometer.. ése mismo sentimiento errante la próxima vez... 

Tomas nota, pero repites equívoco, y sigues rasgando tu alma porque no sabes ser de otra manera. Te miran de reojo y con cara de... alerta?

Distante. Nada es lo mismo. Cada uno a su parcela, sabías ya, no pertenecer a ella pero te sentías cerca, resultaba ser...para nosotros el valor de seguir adelante. Sin embargo las palabras vuelan, se coge una idea y se tira fuera. Etiquetandote sin razón.

El que sufrió de verdad, no miente. Ya fue el querer decadente anteriormente, así que quiere, quiere de verdad, y sin razón. Tan sólo por tener paz en su corazón. 
Es conocerse, es molestarse en saber que todo el mundo es diferente. 

Yo soy yo.
Y tú?
No te conozco. Reconozco tu carcasa pero el interior es otro.

Creí conocerte y no salgo de mi asombro.
Aún me duelen las heridas, tus puñales, tus abusos. Los sufro, tus caras de disgusto. 
Tendrás valor, siquiera?
Te lo di todo, mi verdad más sincera. Con sus aciertos y sus errores. 

Y como una estúpida yo lloro. Porque creo de verdad, porque creo en la bondad y en el abrazo, no teatral, de sentir tu dolor.
Porque siento sin razón, de ser, de porqués, sin ninguna explicación. Siento porque siento. Porque vivo. Porque mi amor sincero e infinito, creí que lo supiste ver... 
Invidente eres? 

Dolor. Se repite de nuevo la acción. Y vuelves a verte reflejado en el espejo que aquella vez te susurró al oído para recordarte tu destino.
Soledad. Por la incapacidad de querer en desmedida, por justificar un juicio en retrospectiva donde pierdes la palabra empatía y el símbolo del amor. 
Amor de querer, de ayudar al prójimo y, tal vez, entender que cada vida es una vorágine de subidas y caídas. Todas con un entender de saber que cada uno es un mundo infinito, que un gesto aúpa sin recibo, que debe salir de tu ser.

Camino con la cabeza alta, no gasto un segundo en agacharla. No soy perfecta. Pero ni tú, ni él, ni ella.
Sólo sé que fui de corazón, que armé mi armadura para tu desazón. Hoy me encuentro con tus espaldas, con tus miradas de reojo, con tus distancias. Yo me refuerzo en mi honor, en el que te di de todo corazón.

Si no lo supiste ver, perdiste. Algo que era real... ya no existe. Quedó en el recuerdo, en un archivo encriptado, para que si lo abro por error no encontrar su sabor amargo. Aunque para mí, de vez en cuando, surja tu recuerdo y mi rostro quede cabizbajo.



miércoles, 13 de abril de 2022

Conversaciones

- Has caminado demasiado tiempo entre sombras, te dije que era peligroso. Que no valía la pena. Que lo importante era seguir.
- Lo sé, siempre lo he tenido presente, pero te dije que debía hacerlo, por mí. Para sanar.
- Mira cómo estás ahora, estás peor.
- Ya, no creas que no he pensado en ti diciéndomelo. Y me he arrepentido al verme caer. Pero es que a ti no te han gustado nunca los psicólogos, y mucho menos la medicación, sabía que creías que hacía mal. 
Pero era importante para mí.
- Ha valido la pena?
- He vivido en un infierno. No sabría cómo describirte... Demasiado duro. 
- Ha valido la pena?
- Sé que sí.
- Te dije que conllevaría un coste, y que podrías estar peor si cabe. 
- Lo sé, y lo mío me cuesta. No pensé que fuera tan doloroso. 
- Ahora sabes lo que te toca.
- Sí, lo oigo mucho... Descansar, cuidarme, recuperarme.
- Y vivir tranquila ya, no? Tienes a tu chico, he visto cómo te cuida. Estoy contento. Vives alejada y en un lugar tranquilo y que te gusta.
- Lo sé. Soy afortunada. 
- Y a qué esperas a disfrutarlo?



- He estado buscándote sabes? pero no te sentía. Pensé "se tiene que ocupar de los suyos"... 
 Después recibí un mensaje, de ya sabes quién, y me dijo que estabas a mi lado. Empujándome. 

Lloré. Porque hacía tiempo que no te sentía.

- Estoy siempre que veas luz. Pero no me has visto porque te has escondido en la oscuridad. Sin ver las señales que te marcaban el camino de vuelta.
- Lo sé. Se me ha ido de las manos, estoy agotada en todos los aspectos.
- Hemos hablado mucho tú y yo. Y te mostré de lo que iba la vida.
- Sí, y lo vi en el durante, pero después caí en el vacío.
- Lo importante es que lo sigues viendo, eso te salva. Te dije que eras una superviviente, te toca vivir tranquila.
- Soy una ansiosa. Necesito estar bien ya y no ocurre.. me desespero.
- Es que eres una niña chica! Todo tiene que ser ahora ya! Descansa, cuídate
Has dejado de fumar? No, para qué...
- Yaaaa, ya lo sé. Te lo prometí y ahí sigo.. mea culpa. Lo haré te lo prometo, pero dame tiempo...
- Yo cuando decidí dejarlo fue decirlo y nunca más! 
- Lo seeee, pero ya sabes que yo no puedo así!

- Ya ha pasado todo, quiérete y déjate querer.
- Dame señales anda si ves que me pierdo otra vez ...
- .......

Ésa cara con la que me mirabas de "no tienes remedio..."
Pero siempre acababas sonriéndome con media mueca.. 

Te echo de menos.

domingo, 10 de abril de 2022

Perdido

Nunca habéis estado atrapados?perdidos en vuestro cuerpo? En vuestra mente?perdidos en el tiempo, deseando salir de ahí? Poder... Escapar?

Es una sensación de impotencia que te arrastra a un abismo que te quiere abrazar.
Te corroe por dentro un grito ahogado que nadie puede escuchar mientras lágrimas inexistentes recorren tu cara. Sientes que estás agotado tan sólo dar un paso adelante, tu mente te ciega en una cárcel en la que los barrotes queman así que te arrinconas en una esquina y te abandonas a contar los arañazos que anteriormente hiciste pero poco recordabas, aunque hoy por hoy, tienes grabadas.
Te miras al espejo y te sientes cansado de mirarte, cansado de ti, de lo que tuviste que luchar toda tu vida, de lo que luchas día a día, pero no encuentras fuerzas para ahora salir.

Te has perdido en el dolor, duele el escozor que sentiste al dañarte en una batalla de conflictos emocionales en los que tu mente te ha vuelto a bloquear.
No vives en el pasado, vives en un presente malherido que cuesta recuperar.
Miras a tu alrededor y a ningún lugar perteneces, sientes que ahí está la vida pero a millones de kilómetros a distancia te retienen. Te retienes. En otra dimensión. En un universo paralelo donde sólo estás tú. Un plano cuadriculado donde no hay principio ni fin, hay un agujero negro del que sólo quieres huir, se pierde en un remolino que succiona todo lo presente. Pero sólo estás tú. Corres y corres intentando no caer en ése succionador que te atrae a la nada, pero pierdes fuerzas, tu cuerpo no responde. Y piensas en la posibilidad de dejarte llevar tan sólo para descansar en la dulce sensación de no sentir, de dejar de sufrir, de no tener que pensar más y relajarte por fin.

Manos aparecen en el plano, manos que te quieren ayudar. Las coges, resbalas y pierdes más fuerza cuando crees no poder llegar, intentos sigues haciendo pero no puedes aguantar, los barrotes de la cárcel siguen ardiendo y el humo no te deja respirar.

Aire. A veces se entrecorta, de vez en cuando entras en una amnea de la que no eres consciente ni siquiera de que has dejado de respirar, de pronto vuelves y la arritmia te ahoga cada vez más...
Tus manos en tu cara, el suelo la llama, pues estás cayendo y poco a poco tu cuerpo se arrastra. Se arrastra, se contrae y se queda en ésa esquina, fría, oscura, indigna, acurrucado en tu deseo de terminar.

Es difícil resetear. Buscas en ti dentro y recuerdas abandonar las herramientas, en las que pensaste, que ibas a necesitar. Las tienes pero no las ves, el túnel es oscuro y tu luz mengua poco a poco, no sabes reconocer. Tus ojos se pierden en la negrura y no sabes coger, tu mente te bloquea y las aleja de ti, hace perderte en la espesura, en un laberinto sin fin.

Personas luchan por ti, personas que te quieren, pero tú has caído en no reconocerte. Oyes palabras de amor, oyes palabras de valentía, no las reconoces en ti, perdiste tu autoestima. El camino fue duro, mucho más de lo que pensabas, hoy te preguntas si no hubiera sido mejor seguir como te encontrabas. El dolor te destruyó y la mente lo aprovechó, te encuentras en aguas negras estancado y sin razón... 

- Si no lo quieres hacer por ti, hazlo por mí. Hazlo por las personas que te quieren y que están pendientes de ti.
.
.
.
.
.
- Porqué no me quiero yo?




domingo, 23 de enero de 2022

Loba herida

Reconozco que he vivido presa. Como loba enjaulada y encadenada. Tiraban hueso en un cuenco al que apenas llegaba, y sed, desbordada. Una celda oscura y abandonada, de un lado a otro recorriendo barrotes, desesperada. Vigilando todo ruido extraño, posible alarma. Todo era un peligro, todo aquél que se acercara. Vigilando. Gruñiendo. Sacando dientes por si acaso alguien acercaba un brazo y de paso su carne me alimentaba. Aguardando el momento perfecto para mirar la luna y convertir mi alma antes de que abatirme determinaran.

Mis orejas agudizaron. Atenta. Un nuevo olor se había colado en la estancia, un olor no reconocido, alerta. Ruidos, golpes y gritos hicieron poner mi lomo erizado, peligro. No dejaba de ir de un lado a otro de la jaula levantando mi labio, enseñando dientes, preparada para cualquier cosa.

Mi cabeza baja alertaba el momento en que alguien bajara al sótano, aquél olor se paseaba hasta que cesaron los ruidos. Silencio. Máxima atención. El mínimo movimiento delata ubicación. Sus pasos se acercaban poco a poco hasta el umbral de las escaleras, era tímida, o quizás sabía qué iba a encontrase abajo, encadenado cual animal explotado. Me situé en el medio de la celda, preparada, mis fuertes patas delanteras clavaban mis uñas en la tierra. Mirada concentrada, lomo erizado y cabeza baja, enseñando dientes por si se lo quiere pensar dos veces.

Está aquí. Poco a poco baja, cada pie en un escalón con pausa, sabe lo que se hace, sabe que estoy yo?
Quién es? Se para delante mío sin hacer nada, me mira, sus ojos no tienen ira. Gruño por si acaso..

- Calma.. no voy a hacerte nada. Tranquila

Olfateo, retraso mis pasos en la celda y observo. No hace nada. Gruño de nuevo. Se ha acercado al plato y pone agua, me la acerca. No me fío, pero estoy deshidratada, así que no sin reticencias me acerco y huelo. Es agua. Bendita agua, mi cuerpo escuálido y maltratado necesita hidratarse. Y saco lengua y bebo. Por si acaso le gruño, no se crea que ha ganado.

- Eso es, bebe tranquila.

Tranquila? Es una puta broma? Me retiro erizado el lomo y enseño mi dentadura sin  descanso. Se acerca... Pone su mano poco a poco para dejarme olerla. Como no voy, se sienta y espera. Pasa tanto tiempo que me aburro y me siento sobre mis patas traseras. Me acerco poco a poco. Cuidado. Es extraña, pero no es como los otros. Tiene buena energía y está equilibrada. La huelo. Se gira me mira y me pregunta qué pasa?
Deja su mano cerca para que pueda olerla, y me retiro a mi rincón a esperar no sé qué.

Se levanta. Me levanto. Aunque me siento gruño desconfiada y de vez en cuando enseño diente. Abre la celda y se posiciona en mi rincón contrario, se sienta de nuevo y relaja. La miro y vuelvo a mirarla y con mi pesada cadena del cuello me acerco y vuelvo a olerla y a reconocerla. 

- Tranquila, voy a sacarte de aquí y llevarte conmigo.

Y sin apenas dilación y aunque he marcado su mano con mi boca, observo minuciosamente qué va a hacer con la otra. Su mano libre acaricia mi cuello sin temor y con cariño, así que retiro mi mandíbula de su mano y sin que apenas se note le rozo un lametazo. Y ahora sí, con sus dos manos quita el tornillo y me libera de un collar de hierro macizo que tantos años me ha pesado y me ha destrozado el cuello, cae por su propio peso.
Soy libre. Soy libre? La miro sin comprender, y mientras con sus dos manos acaricia mi cuello;

- Soy tú, tú eres yo. Mis 20 con mis iras y venidas. Estoy aquí para llevarte y cuidar de ti. Vienes conmigo?

Y fui.





Resiliencia

La resiliencia la conocemos en el plano de la física, es la capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado expuesta. Éste término pasó a adoptarlo la psicología en cuanto a la capacidad del ser humano para sobreponerse a circunstancias de adversidad en su existencia; tragedias, traumas, amenazas o estrés severo.
A pesar del dolor vivido la persona renace de nuevo a la alegría por medio de reinventarse a sí misma al dar un sentido constructivo a la realidad desde la visión del aprendizaje.

Hay varios puntos que caracterizan a una persona resiliente, cada persona adopta las características a su vivencia o vivencias de manera que adecúa según su estado o momento por el que transcurre su vida. 

1. Red social de amigos y familiares.
No se cierran a sí mismos (su dolor sí, posiblemente). Son autónomas, sin embargo, no hacen de ésta actitud proactiva una autosuficiencia individualista sino que nutren su vida con lazos afectivos de colaboración y afecto. Lo verdaderamente definitivo es la calidad del vínculo y la influencia constructiva de ése entorno.

2. Un mundo interior creativo
Cuando la realidad exterior muestra su lado menos amable, la persona no sólo puede atender a la lectura de los hechos sino que también puede refugiarse en ése universo que cultiva a través del autoconocimiento, el arte.

3. Adaptación al cambio
Cuando la realidad cambia, incluso cuando ésta alteración de los factores externos se ha producido en contra de su voluntad, la persona se posiciona ante un mapa de la realidad que le implica de manera vivencial.

4. Inteligencia emocional
En situaciones de adversidad pueden producirse sensaciones contradictorias, así como hay espacios para sentimientos vinculados con la tristeza.
Una persona resiliente no tapa ésta realidad emocional sino que la integran en su vida dando espacio a la escucha de esa información que tiene un mensaje que expresar. Es una de las características más fuertes de las personas más resilientes.

5. Miran hacia el futuro
Es imposible hacer cambios vitales poniendo el foco en el ayer puesto que el pasado ya está escrito. Miran al mañana con esperanza y se enfocan en el presente. Siempre se marcan nuevos objetivos que alcanzar.

6. Pierden poco tiempo en quejarse
Las quejas son humanas, sin embargo, una persona resiliente es protagonista de su destino, incluso cuando vive un periodo de dolor. No se desgasta de manera crónica a través de la rumiación mental y quejas constantes.

7. Sentido del humor
La risa y la sonrisa son elementos medicinales que refuerzan la fortaleza frente a la superación de un hecho triste.
Cuando una persona vive un momento de dolor el espacio para el humor es menor que aquél que se produce en la alegría. Sin embargo éste ingrediente está presente aunque sea en pequeñas dosis.

8. Gratitud
Incluso en el dolor, la persona resiliente es consciente de que tiene motivos para dar las gracias a la vida. Por el abrazo de consuelo de ese amigo, por la compañía de las personas más cercanas o por la felicidad vivida hasta el momento.

9. Piden ayuda cuando la necesitan
No esperan a que los demás adivinen sus pensamientos sino que se cuidan a sí mismas. Además piden ayuda por iniciativa propia.

10. Empatía
Son personas con gran sensibilidad y empatía, no sólo hacia los demás sino hacia sí mismos.

La resiliencia no es un poder que tengan tan sólo unas personas, todos somos resilientes, sólo que hay diferentes niveles desde bajo hasta alto. También es una característica en la que se puede trabajar y fortalecer uno mismo para conciliar un bienestar emocional y equilibrado.

miércoles, 19 de enero de 2022

Camisón blanco

Se incorporó de repente en su cama, pensando -hoy sí. Y deslizó sus pequeños pies por la escalera sin apenas hacer un minúsculo ruido que despertara a su hermano durmiendo en la cama de abajo. 

Lo observó dormido. Y pensó que hoy reuniría la suficiente fuerza para liberarlos a los dos de aquellos dos monstruos que hacían cada día más mella en su pequeña alma. Era caluroso, pero la fría y oscura madrugada acunaba en el frío aquél niño de 3 años al que, con cariño, volvió a tapar.

Como una autómata salió al pasillo sin apenas sentir nada, su camisón blanco por las rodillas se arrugaba por una mano que no podía estarse quieta. Sus ojos abiertos como búho en la noche reconocían cada parámetro de los objetos que decoraban la casa. No hacía falta que los viera, sabía su ubicación exacta por intercalarse entre ellos para pasar desapercibida. Había desarrollado el poder del camuflaje, no le quedaba otra si no quería ser diana. Era el recurso fácil.

Se dirigió a la cocina, y adquirida la capacidad camuflaje, de ser apenas imperceptible, abrió el cajón donde se encontraban los cubiertos de larga embergadura y cuchillos de potente hoja, para cortar bien, para desgarrar mejor. Cogió uno, con el que se hacía para hacer la comida cada día, cortaba con precisión y sin titubear. Algunos cortes habían decorado sus manos en más de una ocasión, por prisas, por presión, porque las carcajadas resonaban en su cabeza cada vez que indicaban -mete el dedo a ver si el aceite ya está caliente. Cuando estaba hirviendo. Risas. Antiguas freidoras que cuentan con una amplitud conscientes de que van a ser rellenadas de un litro de aceite que iba a calentarse,  hervir y freír el alimento en cuestión que tocara en el menú indicado, en una hoja sucia y llena de manchas apegada en la nevera a su altura, para saber qué tenía que cocinarles según el día y su franja horaria. 

Con sus pies descalzos, paso a paso y sin hacer ningún ruido, apareció en el umbral de la puerta de su habitación. Cuchillo en mano intentando no mover ni un pelo de su pequeña media melena lisa y rubia, entro en la habitación. Allí dormían, en su cama los dos como si nada de lo que ella vivía les trastocara el sueño. Se quedó inmóvil a los pies de la cama, observándolos. Estática. 

Las luces de la farolas de la calle penetraban en la estancia por aquellos huecos pequeños que forman las persianas, dislumbrando con una tenue luz la cara de aquéllos dos monstruos que dormían a pata suelta. Una ira que no alcanzó a saber de dónde salía con tanta valentía, hizo que caminara hacia él. Siguió andando hasta rozar con la tela de su camisón la mesita de noche. Lo miró. Lo odió. Le pegó. Le pinchó. Lo desgarró. Le escupió. Igual que a ella. Sus caras le repugnaban. Se había imaginado más de mil veces cómo escapar, cómo sacar al pequeño de allí, cómo librarse de aquéllos dos y cómo iban a pagar toda la herida abierta que no dejaba de sangrar cada día más. Apretó fuerte con su mano el mango del cuchillo. 

Sería capaz? Quería hacerlo. Dudaba de si en el momento preciso podría clavar y retorcer el cuchillo para desgarrar dentro la herida. Había pensado en la yugular. Entrada directa y concisa, sin parpadear. Clavar, retorcer y sacar. Un corte en dicho punto apenas tiene capacidad de reacción, el sangrado es tal que poco a poco se escapa la vida sin apenas poder reaccionar, igualmente al querer ponerse en pie el sangrado es mucho más agudo, después viene el mareo por la falta de sangre que brota de tu cuerpo y no llega al cerebro. Muerte rápida. Le daría tiempo a correr al otro lado de la cama y ejecutar la misma acción con la que dormía a su lado?

Escuchando los ronquidos de cada uno valoró el momento en milésimas de segundo. Escenificó el plan en su mente una y otra vez antes de verse con valor a hacerlo. De repente una idea sacudió su cabeza. Se introdujo por el agujero de su oído y llegó escalando a su cerebro.

Qué pasaría después? Aquella niña se quedó inmóvil pensando en las consecuencias. 

Habré matado... Cárcel
Cómo me sentiré después de sentirme liberada... Asesina
Cómo explico la circunstancia... Nadie te creerá
Dónde iré a parar... Reformatorio
Y mi hermano... No lo sé
Estás segura? ... No lo sé
Quieres? ... sí
Es la manera de liberarte? O empeorará aún más tu vida... Seguramente

Aflojó la fuerza de su puño con el que apretaba el mango del cuchillo. Y poco a poco se sintió cada vez más incapaz. A paso lento volvió sobre sus pasos mirándolos a la cara con asco y pesadumbre. Salió de la habitación cuando sus lágrimas ya resbalaban por sus mejillas, en su cabeza sólo existía la frase "no puedo más", y volvió a la cocina y con la misma sutileza para seguir sin crear el mínimo ruido, abrió el cajón y depositó el cuchillo. Cerró el cajón y volvió a su habitación. Con pesadez subió la pequeña escalera de la litera y volvió a sumergirse entre sus sábanas. Abrazó su almohada mojada ya por sus anteriores lloros en silencio. Y apenas sin sentir el frío, sus lágrimas brotaron de sus ojos hasta que cayó dormida. 

Sus 9 años no eran suficientes para coger tanta valentía... Quizás debía seguir tragando y seguir haciéndose fuerte para la próxima oportunidad.

lunes, 10 de enero de 2022

Estar sin Estar

Estoy sin estar. No sé si es el estado normal después de haber pasado tanto estrés prostraumático (y lo que me quede), o es que me voy desinchando poco a poco, no sé si mi dolor crónico ha subido a nivel agudo o si estoy tomándome kit kats de largas horas diarias.

Muda. Me cuesta despegar mis labios. Es algo tan sencillo y al mismo tiempo tan desesperador. No puedo. Al principio me pasaba cuando mi ansiedad iba a 20 mil revoluciones, pero ahora la ansiedad apenas existe, cuando viene, es con entrada triunfal y otras más llevadera. En mi mandíbula antes ejercía una tensión capaz de inmobilizarme. Incapaz de realizar cualquier movimiento. En un momento dado apenas sin buscarlo aparecía mi voz débil y en bajo tono, tanto que mi interlocutor apenas era incapaz de escucharme, pidiendo repeticiones por no alcanzar a oír mi floja voz.

Ahora mi silencio es diferente. Mis labios a ratos carecen de desbloqueo. Permanezco callada, seria, en silencio. En mi mundo sin poder dominar el espacio-tiempo. Es como si me encontrara en un cruce, coches a la velocidad de la luz siguieran su camino sin yo entorpecerles el paso, soy yo la que está bloqueada en un cubo de 4x4 que se convierte a veces en una caja blanca pero presionada. Sólo puedo mirar, quedarme quieta y ver pasar. Una nueva etapa? Quizás, la verdad es que no tengo ni idea. Y he mejorado, porque me da igual. Antes para mí era exigirme y frustrarme.Lógico, (mi caída era a toda hostia y en picado) no veía luz, sólo oscuridad.
Es la diferencia. Ahora veo luz, resquejos de oscuridad, sin que me creen presión ya que si de algo estoy bien informada es de que lo malo también es bueno sentirlo, siempre y cuando lo dejes ir y no te lo quedes para ti. Precisamente por eso mismo sé que no es el mismo sentimiento ni la misma emoción. Pienso entonces, descanso? Tal vez, no lo sé.

Sólo me encuentro sin pilas y tanto física como mentalmente estoy en batería baja.
Es como si mi cerebro estuviera en  mínimo mantenimiento. Modo ahorro por poca batería que me queda, y al mismo tiempo, un don't worry be happy, se apodera de mí.
No me encuentro mal, sino rara. Extraña. Sensitiva. Mis dolores agudizan. Todo sigue un compás en el que es fácil caer en sus pasos y entrar cuál hámster en rueda mortal llamada "de ejercicio". Quiero pensar que sólo reposo y me recupero, que curo mis heridas porque he sido malherida en mi propia guerra. Así que lo tomo con filosofía.

Sigo con mis viajes espacio-temporales y eso añade una presión que poco descanso da. Mi voz en mi cabeza me dice que poco a poco, tranquilidad, pasará. Ahora confío en ella más que en nadie, así que si ella lo dice es porque... Pasará.


sábado, 8 de enero de 2022

El Everest

Hoy es un día de mierda. Ayer fue de subida, hoy tocaba luping y bajada. Es una montaña rusa de la que no puedes bajarte, al menos de momento.
En mi azotea se ha instalado la niebla. Estoy agotada. Son muchas emociones, desbloqueos, donde mi físico no acompaña y me siento como en espera de pasar el Escalón de Hillary, cuando has visto que no fijaron las cuerdas.
 
Todo el esfuerzo físico por aguantar el viento helado que recorre tu cuerpo a ráfagas de hielo, todo tu cansancio por el esfuerzo sobrehumano que sienten al ejecutar cada paso, y la maldita espera de que pase ése terrible momento en el que sólo sientes la pérdida de tus fuerzas.
Es demasiado. Sólo puedo estar de cuerpo presente, y sentada, y tumbada, y tirada sin apenas hacer movimientos. 
Pero mi mente no está tranquila hoy.

Estuve aún peor durante un tiempo, pero luché como una jabata para que sólo fuera temporal. Me costó lágrimas, enfados, ira, impotencia, casi volverme loca. Pero si por algo he luchado es por mi vida. Y me encuentro en un momento en el que un máster con matrícula de honor va a colgarse en forma de atrapasueños sobre mi cabezal, y ése máster soy precisamente yo.

Me veo desnuda y veo debilidad y necesidad de curar. Es increíble cómo trabajar sobre uno mismo puede consumirte como cigarro encendido para hacer bola de papel tachado y reciclar después. Es una movida de la que no puedo dejar de flipar. Te consumes. Liberas el mal. Y aprendes a volar.

Es muy jodido. No es fácil, sólo l@s valientes le damos el valor a nuestra vida, todo el que merece. Otr@s deciden otros caminos. Lícitos. Cada uno obtiene lo que busca supongo. Nada es fácil en la vida, sólo cambia la dificultad según el prisma con el que lo veas todo.

Reposo sin pensar en nada más. Mi cuerpo me lo ha exigido. Pero mi mente no para. Aletargada, pero sigue ahí. Hay ratos, días, semanas, que... Todo es proponerte subir el Everest. 

Tranquila. Inspira. Expira. Inspira. Expira. Y no sirve de nada porque me ahogo igual.
Pero hoy es sólo un día duro. Van unos cuantos, pero se sacan fuerzas de arcas vacías si hace falta. Mañana no sé qué tocará, si ésto no es vivir al límite, que me digan qué es.



miércoles, 5 de enero de 2022

Metamorfosis

Te siento a mi lado dándome fuerzas. Tienes tanta razón... Ahora que veo con tus ojos todo es nitidez a mi alrededor. Maravilla. Fluyo como el cauce del río, como la ráfaga de aire roza una mejilla y coincide con una bocanada de aire fresco en los pulmones y respiras, y te sientes...
Viva.

He viajado en el tiempo, varias veces y aún me queda. No es nada especial pero éstos días son diferentes. Sales con una raya de speed y a medida que pasan los minutos pierdes fuerzas hasta tal punto que tu cuerpo recae aposentado en el tiro de escalera intentando que oxígeno entre en tus pulmones y tu cuerpo se reponga poco a poco. Consigues realizar una pequeña y lenta inclinación hacia abajo y te encuentras con un espiral de escaleras sin fin que distorsionan tu visión. Aguanta. Queda poco. Y se abre una puerta en el tiempo que te lleva a un lugar reconfortable, puedes dejarte caer en un lugar cómodo y descansar.

Poco a poco recobras el aliento y te das cuenta de que estás echa una mierda. Literalmente. Las fuerzas han desaparecido y aparecen temblores terrenales causados por un dolor atroz que atrofia tu capacidad de recomponerte instintivamente. Es aletargado. Pero es normal. El esfuerzo ha sido máximo, y todo cansancio merece su descanso.

Implosiona mi cabeza. Un dolor en el pecho punzante hace que valore mis viajes de hoy. Los buenos y los malos. Adelante y atrás. Es normal que esté tan cansada.

Hoy fui previsora y coloqué una coraza para protegerme de impactos. Resulta que me hago fuerte con el paso del tiempo y hoy he podido respirar sin ella. El cuerpo a cuerpo siempre fue para mí la lucha más loable. Hoy he visto que estoy preparada, y probablemente reciba golpes, lo sé, es ley de vida, pero lo importante es que estoy preparada para luchar, y además a flor de piel.

Mañana es mi cumpleaños. Fueron días importantes en mi temprana niñez, pero rápido pasaron a ser un día normal y corriente sin ningún motivo de festividad. Eso hizo que al salir de mi caparazón tampoco les diera mucha más importancia. Hoy he notado el cambio. Mañana voy a celebrar conmigo misma mi cumpleaños. Me lo debo. En mi soledad, conmigo. Con esa pequeña que ya ha crecido y sólo hay que seguir mostrándole la belleza del mundo. No parto de cero. Si algo tiene belleza en el mundo es el propio mundo. Nuestro planeta Tierra. Nuestra tierra.

Ésa que me encanta sentir en mis pies descalzos porque siento esa sensación de libertad que es vitamina para mí, y remuevo mis dedos en ella. Para sentirla, para disfrutar del momento, para sentir ésa conexión especial que buscamos desesperadamente algun@s. Como el sentirte libre bajo la lluvia y tan sólo sentir, cómo gotas de agua caen en tu rostro y te dejas abrazar por ésta magia que tenemos en éste mundo y que tristemente somos pocos los que los apreciamos... Momentos. Somos la resistencia. Aquéllos que no dejan perderse por lo material y su consumo y le aportan todo el valor del mundo al verbo vivir, sentir, de filosofía natural.

La vida no es más que eso, una secuencia de momentos con sus derivaciones elegidas o no, las que no se eligen tienen un brillo especial que no todo el mundo puede llegar a ver la estela de magia que la envuelve. Siéntete afortunad@ si consigues verlo, eso es realmente sacarle jugo a la vida. Darle su valor.

Todo mi alrededor se va desbloqueando poco a poco se abren mundos nuevos  para mí que quiero descubrir. Recuperé mi naturaleza, mis inquietudes y mis ganas de crear, me abruman. Saco toda mi fuerza precisamente de ello. Traje ignífugo adquirido. Bajar al infierno y volver a subir comporta un riesgo, los viajes van aflojando y volver a entrar en escena recién llegado y meterte en una conversación.. resulta cansado. Si sumas todos los viajes diarios... He dejado atrás las horas extras. Valoro mucho más mis horas libres.

Es el camino, lo sé, porque siento que curo. No siento tanto dolor. Me he equipado en cada viaje con el aprendizaje interiorizado. Mi barra de energía no baja desmesuradamente, he adquirido habilidades que me ayudan a ser más fuerte. Felicidades para mí. Empiezo a reconocerme en mi hazaña. A ponerme en valor. A vaciar mochila. Y joder qué puto descanso... 

Resulta que vivir es mucho más sencillo de lo que yo creía.


martes, 4 de enero de 2022

Mi despedida, para ti firmada por mí

Ahora me levanto de mi cama con unas ganas de mandar a chupar a la mitad.
Ésta personaja me decía que yo no valía para ésto y, ahora, tengo mi cabecita reformada. Agua pasada. 
Ya no quiero diazepan en mi cabeza pero sí la botella  en el minibar. Hace poco quería una charla, sabes quién va a dártela, guapa? Eres agua pasada.
Mira que yo lo intenté, y cada vez que lo intentaba me costaba trabajo.
Cojones, esfuerzos y sed. -Hice amigos, lo ves? La fe me los trajo. Hablo de mí, de mi sueño de crecer, si vinieras conmigo hasta te enseño un atajo. 
Fue lo que no hablo por esa boca que me dio de comer y hoy le duele verme dentro del ajo. Es agua pasada. Página fuera. La vi, me miró, curiosa manera, fue una conexión rara, ya no me miraba a la cara siquiera. Nos dieron las 11h, las 12h y las mil y ahora no nos damos ni un poco de pena. Todo es agua pasada de un mes de abril y no el plato de clavos que como en la cena.

Hoy la vida me ayudó, hizo que supiese ver, lo que es agua pasada ya no tiene que volver. Agua pasada, lo siento mujer, eres agua pasada. Agua que fue y que no va a regresar, te di lo que tuve no tengo nada más. Son 33 años de mal, lo puedes  adivinar, verdad?

Por ser novedad, se metió en el hondo y no supo nadar, la ola la dejó atrás y no dejó de tragar agua salá.
No quiero saber nada más, no guardo tu número ya. Nos conocimos y no pasó nada más, no nos tenemos nada que aportar, es agua pasada. Una que se llama Patri tiene firmado en LA repisa: "ahora sólo te miro y me das... Me das más pena que risa".

Con la edad que tengo y con todo lo que tengo, créeme, te podría vacilar. Qué poquitas cosas me quedan por pagar y no te hablo de nada material. No quiero visitas a través de un cristal, he vuelto más Patri, menos avatar, escribo a morir ya no escribo a matar, quise digerir y volví a vomitar. Es algo que fue y no va a regresar.



Fin.

lunes, 3 de enero de 2022

Blanco y Negro

Mis días pasan. Mi campo de visión ve la vida pasar entre el blanco y negro, y color.
Una ráfaga de disparos en formato raw consigue una foto real del punto de extracción. Me extrapolo. Mi cuerpo físico se mantiene en el mismo plano, pero mi mente no coincide en el mismo lugar.
Viaja. Me encuentro en un negativo ya deteriorado por el paso del tiempo, pero éste tiene la maldición de obligarme a estar presente en la foto. 

Una secuencia de imágenes crean un movimiento continuo de desgarro en mis entrañas. Me encuentro in situ. 
Atravieso mi terror más absoluto entre llamas, soy consciente de que no puedo perderme, porque tengo que encontrarla y rescatarla. Ha llegado al límite. Ha pensado en abandonar y quemándome viva en el infierno, renazco de mis cenizas cuál Ave Fénix. Es necesario.

Me encuentro en una habitación pequeña que apenas puedo recordar. La imagen es distorsionada. Blanco y negro. Recuerda a una película antigua, alguien parece darle a la manivela del proyector. Su lentitud, a veces, resulta dañina.

Una enorme y oscura sombra tiene a la niña mirándolo de pie. Es demasiado pequeña. Su media sonrisa desmesurada y ésos ojos del mal no hacen más arder en la oscuridad y que mis uñas se claven en las palmas de mis manos. Sangran. Tiemblo en convulsiones. Mi temperatura baja y el aire poco a poco deja de entrar en mis pulmones, ellos mismos ejercen una apnea que me deja varios minutos sin respiración. Es raro porque cuando dejo de respirar mi dolor descansa. Casi es un descanso placentero. 

He sentido ésa clase de placer antes y no es bueno. Buscas desenchufarte y descansar, sin más. Crees que todo está bien. Pasamos lo que pasamos, vivimos lo que vivimos y creo que fue hasta bonito! mientras duró... Agotados, recurrimos a la apatía más absoluta sólo por el esfuerzo humano de poner un pie en el suelo cada mañana. Dícese mañana, como tarde, como noche o madrugada.
Te anulan. Te vejan. Te hieren. Te rompen. Te machacan. Y esperan desprenderse de ti. No te ves más que algo, no alguien, algo, que nada tiene derecho a sentir. Te sientes en deuda con la vida. Te exprimes gota a gota retorciendo tus manos hasta rozar la quemadura, porque crees deber "algo" a "alguien" por vivir.
Cargar un peso como ése y a medida que pasa el tiempo su indudable aumento, acaba pasando factura. 
Son muchas heridas que lamerme, curar y reponerme. 
Aparto ésa sombra con ira. Cojo a mi pequeña y me la llevo en brazos mientras mi mano derecha apoya con delicadeza su cabeza sobre mi cuello, con el único fin de ahorrarle ver más dolor.


Millones de escenas atormentan mi cabeza durante el día y agotada me siento de reptar por el suelo sin apenas aliento. Sentir que mis dedos no me acompañan y no se clavan en un asfalto lava. Me siento destruida. Mi fuerza desfallece. 
Pero me alimento de nuevos momentos. De bonitos recuerdos y gente que me quiere.

Va por mí, por los míos que sufren conmigo y por el simple derecho a vivir. Ésta vez de verdad.




domingo, 2 de enero de 2022

Maestro

Wow pare, qué vacío nos dejas... Siempre he sabido que eras importante para mí, pero tanto!? No tenía idea del vacío que me dejas. Pues sí, es así. Te hecho tanto de menos. No quiero pensar que no voy a oírte decirme "es que eres una niña chica!" Sé que te voy a escuchar de vez en cuando y sé que me lo vas a decir cada 2x3 como no tengo remedio... Sabes que ya te oigo decírmelo y me río sola. Ésa es tu magia.

Nos quedamos todos en paz porque ya eres libre. Ya vuelves a sentirte tú, sin ataduras a un cuerpo malherido al que la vida golpeó fuerte y demasiado joven. Pudiste con ello y más, por tu coraje, por tu valor y por tu cometido; regalarnos a los tuyos tu visión del mundo. 

Con el humor más maravilloso del mundo, no te permitías decir a nadie lo mal que estabas "jodido pero contento", esa era tu respuesta en, por cierto, no demasiadas ocasiones. Siempre bien. Y tu sonrisa.

Por ello te admiro y me faltan vidas para reverenciarte x tu esfuerzo y dedicación. Me quito el sombrero. Todo es aprendizaje. Todo es según el punto de vista con el que juegues, no?

Eres todo un maestro, fuiste Jedi y nosotros tus padawans.
Al partir, cuando decidiste pedir partir, porque lo sabemos. Sabes que lo sabemos. Pediste que te vinieran a buscar porque creíste en nosotros, y nos viste preparados para emprender nuestro nuevo camino. El crecimiento personal, el amor y la valentía. Subimos de rango. Tranquilo, está bien, todos hemos hecho un sobre esfuerzo rebuscando de donde no encontrábamos más que vacío, y hemos abrazado juntos tu sabiduría. Estamos más unidos que nunca y como solías decir "todos para uno y uno para todos". Una piña.

Has dejado tanto amor... ¿Eras consciente? Cuidaré de la mare, sabes que no me sale no hacerlo. Y estaré ahí siempre para tus poyuelos. Tus hijos, a quién  cobijaste entre tus alas y ahuecaste para que crecieran y se convirtieran en lo que son hoy. Luz.

Te lo debo. Os lo debo. Pero no xq deba, sino xq me sale del corazón. Porque el amor se cuida con amor y tú de eso nos has dejado las arcas llenas, para siempre. Para los restos. 

Porque vives en cada uno de nosotros y nos has dejado el legado más bonito. Tu legado. El de la verdad, la honestidad, la pureza, la naturaleza, el amor por los nuestros y sobretodo a la vida.

Maestro, Diego se quedó con ganas de más. De conocerte y disfrutarte más. Créeme que es sentido. Y me duele que no haya podido, porque sé a ciencia cierta que hubiera disfrutado tanto... Cuando hablábais se dibujaba un bonito recuerdo que no dejaba más que un rastro de disfrute. Te queremos.

Estoy aquí, siempre estarás en mí, si quieres venir a verme ven, no haré más que agradecerte. Te lo vuelvo a decir, te echo de menos. Y lo que me queda. Pero algún día nos volveremos a encontrar y estarás de pie, sano! Nos daremos mil abrazos, daremos paseos y hablaremos de la vida, como hacíamos, como hacemos, como haremos... Toda la eternidad.

Siempre tu ahijada. Descansa, ahora sí, ya en paz. Volveremos a estar todos juntos, y lo sabes.

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