Yo

sábado, 8 de enero de 2022

El Everest

Hoy es un día de mierda. Ayer fue de subida, hoy tocaba luping y bajada. Es una montaña rusa de la que no puedes bajarte, al menos de momento.
En mi azotea se ha instalado la niebla. Estoy agotada. Son muchas emociones, desbloqueos, donde mi físico no acompaña y me siento como en espera de pasar el Escalón de Hillary, cuando has visto que no fijaron las cuerdas.
 
Todo el esfuerzo físico por aguantar el viento helado que recorre tu cuerpo a ráfagas de hielo, todo tu cansancio por el esfuerzo sobrehumano que sienten al ejecutar cada paso, y la maldita espera de que pase ése terrible momento en el que sólo sientes la pérdida de tus fuerzas.
Es demasiado. Sólo puedo estar de cuerpo presente, y sentada, y tumbada, y tirada sin apenas hacer movimientos. 
Pero mi mente no está tranquila hoy.

Estuve aún peor durante un tiempo, pero luché como una jabata para que sólo fuera temporal. Me costó lágrimas, enfados, ira, impotencia, casi volverme loca. Pero si por algo he luchado es por mi vida. Y me encuentro en un momento en el que un máster con matrícula de honor va a colgarse en forma de atrapasueños sobre mi cabezal, y ése máster soy precisamente yo.

Me veo desnuda y veo debilidad y necesidad de curar. Es increíble cómo trabajar sobre uno mismo puede consumirte como cigarro encendido para hacer bola de papel tachado y reciclar después. Es una movida de la que no puedo dejar de flipar. Te consumes. Liberas el mal. Y aprendes a volar.

Es muy jodido. No es fácil, sólo l@s valientes le damos el valor a nuestra vida, todo el que merece. Otr@s deciden otros caminos. Lícitos. Cada uno obtiene lo que busca supongo. Nada es fácil en la vida, sólo cambia la dificultad según el prisma con el que lo veas todo.

Reposo sin pensar en nada más. Mi cuerpo me lo ha exigido. Pero mi mente no para. Aletargada, pero sigue ahí. Hay ratos, días, semanas, que... Todo es proponerte subir el Everest. 

Tranquila. Inspira. Expira. Inspira. Expira. Y no sirve de nada porque me ahogo igual.
Pero hoy es sólo un día duro. Van unos cuantos, pero se sacan fuerzas de arcas vacías si hace falta. Mañana no sé qué tocará, si ésto no es vivir al límite, que me digan qué es.



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