Yo

viernes, 25 de mayo de 2012

Golpes

Tiemblo sudorosa. Con el pelo pegado a mi piel ya quemada. Recibo golpes, uno detrás de otro. Mi cara escarmentada absorbe ya el dolor. Me levanto una y otra vez, intentando bloquear el siguiente derechazo, y si lo recibo, preocuparme de que no cause mi derribo. Mis ojos hinchados ya no derraman lágrimas. Arden en llamas del poder que encuentro para superar cada uno de los ganchos que me azotan hacia las cuerdas.

Pero poco a poco el cuadrilátero se hace más y más grande. Mi cuerpo se fortalece por recibir tantas ostias. Un directo pega en mi pómulo, y mi boca dibuja una media sonrisa.
- ¿Es todo?
Un saco de boxeo parecía hasta ahora, y de repente mi mente dijo ¡basta!. Una fuerza exagerada, la que hasta el momento no encontraba, cobra protagonismo. Y me delimito a chulear al contrario aún aturdido.
- Vamos, vamos!

Mis piernas antes débiles y proclamadas inhabilitadas, saltan ahora. Un pie sobre el otro. Siguiente golpe. Aquí estoy. No puedes conmigo. Ya no causa el derribo ni la más sentida emoción. Mis manos encuentran fuerza transformados en puños. Puños de liberación. Puños que suelto a destajo al poder de la desolación. Por que nadie en este puto mundo puede volver a hacerme caer ni una sola vez.

Por que espero al siguiente round, preparada esta vez. Entendiendo el saber de que de todo se aprende.
Fuerte... más fuerte que nunca.

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