Yo

domingo, 10 de abril de 2022

Perdido

Nunca habéis estado atrapados?perdidos en vuestro cuerpo? En vuestra mente?perdidos en el tiempo, deseando salir de ahí? Poder... Escapar?

Es una sensación de impotencia que te arrastra a un abismo que te quiere abrazar.
Te corroe por dentro un grito ahogado que nadie puede escuchar mientras lágrimas inexistentes recorren tu cara. Sientes que estás agotado tan sólo dar un paso adelante, tu mente te ciega en una cárcel en la que los barrotes queman así que te arrinconas en una esquina y te abandonas a contar los arañazos que anteriormente hiciste pero poco recordabas, aunque hoy por hoy, tienes grabadas.
Te miras al espejo y te sientes cansado de mirarte, cansado de ti, de lo que tuviste que luchar toda tu vida, de lo que luchas día a día, pero no encuentras fuerzas para ahora salir.

Te has perdido en el dolor, duele el escozor que sentiste al dañarte en una batalla de conflictos emocionales en los que tu mente te ha vuelto a bloquear.
No vives en el pasado, vives en un presente malherido que cuesta recuperar.
Miras a tu alrededor y a ningún lugar perteneces, sientes que ahí está la vida pero a millones de kilómetros a distancia te retienen. Te retienes. En otra dimensión. En un universo paralelo donde sólo estás tú. Un plano cuadriculado donde no hay principio ni fin, hay un agujero negro del que sólo quieres huir, se pierde en un remolino que succiona todo lo presente. Pero sólo estás tú. Corres y corres intentando no caer en ése succionador que te atrae a la nada, pero pierdes fuerzas, tu cuerpo no responde. Y piensas en la posibilidad de dejarte llevar tan sólo para descansar en la dulce sensación de no sentir, de dejar de sufrir, de no tener que pensar más y relajarte por fin.

Manos aparecen en el plano, manos que te quieren ayudar. Las coges, resbalas y pierdes más fuerza cuando crees no poder llegar, intentos sigues haciendo pero no puedes aguantar, los barrotes de la cárcel siguen ardiendo y el humo no te deja respirar.

Aire. A veces se entrecorta, de vez en cuando entras en una amnea de la que no eres consciente ni siquiera de que has dejado de respirar, de pronto vuelves y la arritmia te ahoga cada vez más...
Tus manos en tu cara, el suelo la llama, pues estás cayendo y poco a poco tu cuerpo se arrastra. Se arrastra, se contrae y se queda en ésa esquina, fría, oscura, indigna, acurrucado en tu deseo de terminar.

Es difícil resetear. Buscas en ti dentro y recuerdas abandonar las herramientas, en las que pensaste, que ibas a necesitar. Las tienes pero no las ves, el túnel es oscuro y tu luz mengua poco a poco, no sabes reconocer. Tus ojos se pierden en la negrura y no sabes coger, tu mente te bloquea y las aleja de ti, hace perderte en la espesura, en un laberinto sin fin.

Personas luchan por ti, personas que te quieren, pero tú has caído en no reconocerte. Oyes palabras de amor, oyes palabras de valentía, no las reconoces en ti, perdiste tu autoestima. El camino fue duro, mucho más de lo que pensabas, hoy te preguntas si no hubiera sido mejor seguir como te encontrabas. El dolor te destruyó y la mente lo aprovechó, te encuentras en aguas negras estancado y sin razón... 

- Si no lo quieres hacer por ti, hazlo por mí. Hazlo por las personas que te quieren y que están pendientes de ti.
.
.
.
.
.
- Porqué no me quiero yo?




Datos personales