Yo

martes, 22 de mayo de 2012

Arropada

Fuera, un aire frío azota las persianas. Y yo aquí, arropada con el calor de mi cuerpo desnudo.
Intentando aprender que 1+1 no siempre son 2, sino que da un resultado, a veces, de infinito. Elevado al cubo un sentimiento añadido que retumba en una mente perdida en la inmensidad de la nada. De la nada y el todo. Pues encuentro una mano que acaricia mi espalda, unos brazos que me abrazan y unos labios que besan suavemente mi nuca apoyada en la almohada.

Y bajan sus dedos por el sendero de mi torso, delgado y sentido, escuchando en mi oído palabras en forma de melodía iluminada, que consiguen que vibre el bello que recorre mi piel suave y aterciopelada, en busca del templo maldito, donde encuentra un lago, antes escarcha.

Y me retuerzo formando un bucle donde me estiro y encojo por momentos. Donde siento que me pierdo... una y otra vez. Encontrando su lengua recorrer mi ser, en cada uno de los rincones aún por conocer.
Siento la adrenalina recorrer por mi espina dorsal. Creando fuego en mi cerebro con instinto animal. Una entrega de mi cuerpo al sentir más placentero, al más irracional. Latidos que se escuchan como banda sonora del momento, donde pierdo fuerzas y aliento. Sintiéndome agotada por jugar en la cama. En sábanas húmedas de emociones incontroladas.

Y cierro los ojos perdiéndome en sueños...

Datos personales