Yo

martes, 10 de mayo de 2011

Cotilleos

Hoy es un puto día de ésos en los que caminas por la calle, ves a gente que no quiseras nunca encontrarte y te vienen a saludar falsamente con la esperanza de idear una pregunta con la que sacarte qué haces en éste momento de tu vida, cómo vives, de qué vives y dónde paras a mear, también... ¿Por qué no?
Mi cara es el vivo reflejo de mi alma, nunca mejor dicho, así que como me caigas mal... directamente ni hago el esfuerzo infinito de mirarte a la cara. ¿Para qué visualizar algo que no me gusta ver? Acto perjudicial. Saludablemente hablando. Otras veces, no me queda otra que... sonreír forzosamente, y entre dientes saludar. Esperando bloquear cualquier acercamiento inminente apunto de realizar. Y cuando no se consigue bloquear;

-Hola! ¡Qué guapa estás! ¡Con los 29 años que tienes, y pareces una cría!
-Claro! No tengo al lado ningún capullo, ni me he dejado preñar. ¡Como tú! ¡Que tienes la misma edad que yo!
Y estás fea y gorda. Y odias tu vida, como odio yo éste momento en el que tengo que aguantar tu careto...
-Y ¿Dónde te metes? ¿Dónde estás viviendo? ¿Y el trabajo cómo va? Con ésta crisis....
-Me meto en el coño de tu madre, para no veros las caras a nadie. ¡Qué coño te importará! Si mi vida, y la de todos los que caminan, no te importa nada! ¡Puro cotilleo! A tí te voy a contar dónde vivo, dónde trabajo y de qué como... Para que llegues a casa, y le cuentes a la del cuarto que me has encontrado, que estoy más buena que el pan, pero que a tus ojos debo de ser una amargada por que con 29 años no tengo ni novio, ni casa, ni niños que me coman las palabras...

Jajaja.. Ya le gustaría estar a ella como estoy yo... Entrándome una 34 de pantalón. Con un cutis espectacular. ¡De los polvos!.. que me hacen gozar. Viviendo a mi aire. Sin razón. Por la que deba dar ninguna explicación. Y allí dónde pueda cómoda estar. Sin pensar en el qué diran... Me la sopla bastante, la verdad. Otra forma de vivir. De gozar de una vida, de sentir.

Y mientras habla me imagino metiéndole la cabeza en un barril de agua, no dejándola cojer aire. ¿Haber qué tiempo aguanta? ¡Haber si así cierra ése buzón que tiene como boca en su puta cara! Y me deja seguir mi camino, tranquila, como he despertado ésta mañana. LLego a casa. Y necesito relajar mi cara. De tensión acumulada. Producida por gente angustiada, que sólo vive de los cotilleos que no escapan a sus lenguas malhabladas. Jodidamente asqueada. De conocer a gente que no aporte nada, ni la existencia mínima de vivir en éste mundo rodeada de seres carentes de satisfacciones latentes. Dejando la vida pasar. Como si se tratase de una parada más.

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