Yo

lunes, 12 de marzo de 2012

A ti

Tus ojos se están cerrando. Apenas le quedan un suspiro. Y flashes vienen a mi cabeza de todo nuestro camino, el vivido, el sentido, en todo lo que significa vida, pues te entregaste a la mía con todas las consecuencias añadidas. Y por ello te doy hoy las gracias, hoy y cada día transcurrido. Ya lo sabes, te lo he demostrado, a lo largo de tu recorrido. Te quiero con toda mi alma, con el corazón en mi mano caen lágrimas ensangrentadas, por lo sufrido, por verte así de malita conociendo en todo momento tu deseo no compartido. Irte a su lado desde que se fue mi santo bendito, aquél que te acompañó toda tu vida y no te deja ver más camino. 
No me hago a la idea, me ocurrió con él lo mismo, pues aún le sigo hablando en el silencio de mi vacío. Lo mismo haré contigo, feliz, pues sé que estarás con él, que los dos, desde ahí arriba me veréis, pendientes de mis fechorías y encauzándome, (una y otra vez), a lo largo de mi vida. Siento que se me parte el alma, siento que me quedo sola ante la tormenta que estalla, siento un dolor irremediable que no me permite respirar a un ritmo constante. Me faltas tú, y aún no te has ido, pero la angustia que se me produce forma parte del destino. Pues estamos aquí de paso e incierto es el camino. Te adoro, no lo olvides. Yo no lo olvido. En mis recuerdos más felices, estás siempre conmigo.

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