Yo

jueves, 4 de agosto de 2011

En mi interior

- ¡Pueden ayudadme! ¿!Puede alguien ayudadme por favor!? ¡Por favor!

Nadie me escucha. Grito desde mi interior con la boca cerrada, pero nadie me escucha. Es inútil. Ni siquiera perciben mi decadente existencia. ¿Cómo me van a escuchar gritar? ¿Cómo me van a oír pidiendo ayuda? Mi alma grita a oscuras. Y mi corazón amenaza con dejar de latir si nadie acude a mí, en mi ayuda.
Sentada al lado de la ventana. Viendo pasar la gente como quien observa hormigas insignificantemente. El aire acaricia mi piel, de ojos cerrados e inclinación hacia arriba, logro sentirme viva por unos minutos. Abro los ojos poco a poco. Inhalo de mi cigarro, dejo entrar el humo en mis pulmones incapacitados. Maltratados. Pero la sensación de bienestar bien merece la oportunidad de sentirme algo bien en ciertos momentos. Aunque luego repercuten mis actos...

Me siento cansada. Una rara sensación de opresión hace sentirme aplastada. Desubicada. No encuentro el punto exacto en el momento exacto hace demasiado tiempo y no sé dónde empezar a buscarlo. Perdí el norte hace tanto...

Intento buscar una referencia clara. Y entonces pienso en ti. Tú que me das esa sensación de bienestar cada vez que sé de ti. Ojalá pudiera dejar de imaginar y sentirte cerca de mí. Difícil es el sentir. Difícil determinar en qué situación me encuentro en ésta, mi soledad. Difícil manipular sentimientos caídos en saco roto, sin más. Cierto dolor y sufrimiento crea el sentimiento de vacío que dejas en mis adentros cuando tus besos caen en el recuerdo. Recuerdo casi imaginario por otra parte.

¿Vendrás a por mí? ¿Vendrás a ayudarme?

Creo que seguiré en el intento de imaginar que hoy te tengo. Mañana no sé qué pasará, y al siguiente, ya se verá...

Sólo que algún día es pobable que ya no piense en ti. Y que cuando vengas a rescatarme ya no esté aquí...
¿Quieres pensar en mí y venir a rescatarme?



2 comentarios:

  1. Y por qué no? Todo es posible aunque no debemos limitar nuestras esperanzas a lo que otra persona esté dispuesta a hacer. Si bquieres que alguien te oiga grita más fuerte, subete al acantilado más alto y grita a favor del viento, y aunque nadie te escuche, ya verás como al menos gritar alivia un poco la opresión.

    Saludos desde otro acantilado lejano.

    ResponderEliminar
  2. ¿No se me escucha desde aquél acantilado? Por que te aseguro que grito fuerte... Y creo que el viento sopla a mi favor con lo cuál mantengo la esperanza de que se lleve mis palabras y alguien venga en mi ayuda... ;)

    Saludos desde mi acantilado al tuyo.

    ResponderEliminar

Datos personales