Yo

jueves, 28 de abril de 2011

Delirios

Simplemente una noche más, como otra cualquiera. Había llegado a su casa justo a la hora de cenar, después de haberle dado su padre la orden de cerrar ya. Los niños ya cenaban en sus casas con sus padres así que poco más había que hacer en el trabajo esa noche. Entre semana las ferias andan cerradas pronto. Los fines de semana se alargan por el descanso semanal ya conocido. Así que tardó poco en cambiarse y correr a su casa a olvidar la jornada y recobrar su vida.
Tampoco se había esmerado mucho en la cena, al ser coloquial entre amigas, mejor informalidades. Pizzas. Hablaban. Se contaban las anécdotas varias vividas ése día. Se producían sonrisas, carcajadas sonoras, por las escenas imaginadas y descritas. Otro día más. Repasadas inquietudes varias de cada una de sus vidas, recogieron después de cenar. Luego se acomodaron en el sofá intentando encontrar en la tele algo con lo que disfrutar. Pero echo totalmente imposible de realizar, optaron mejor por una película sin más.
Se acomodaron. Siempre andaban peinándose, haciéndose recojidos varios. Así empezaron a visualizar el film. Poco después quedaron aún más acomodadas. Recostada una sobre la otra, acariciándole el brazo, produciendo un cosquilleo relajante, que a muchas mujeres enloquece por naturaleza.
Poco a poco las caricias se alargaron hacia todo el brazo, no como lo había echo hasta entonces, por el antebrazo. El echo de recorrer a larga distancia dicho deslizamiento de dedos hizo que sin querer, o queriendo, que rozara su pecho con normalidad en todo momento. Pero sin apenas sentir el tiempo transcurrido, las pulsaciones de sus ritmos cardíacos empezaban a acelerar. Ciertos latidos constantes y pronunciables bombardeaban sus cuerpos, sudorosos por la estación en la que se encontraban. La ligereza de ropa en verano, en muchas ocasiones es importante. Erizado el vello se empezaron a sentir. Gran silencio entre ambas. Sólo se oía la voz de los actores que sin éxito actuaban. Apenas tomaban en cuenta lo que les rodeaba, mucho menos iban a prestar atención a una filmación.
Se incorporó. Quizá temiendo reacciones. Pero el deseo no entiende de pausas, ni reflexiones. Se miraron a los ojos como nunca lo habían echo, ni siquiera imaginado. Se besaron. Se comieron. Un fuego que les abrasaba recorría sus cuerpos. Sin control. Sin pensar. Simplemente se dejaban llevar. Rozaban su piel con delirio desconocido. Se encontraron la una a la otra rincones escondidos, naturalmente conocidos, pero no con la profundidad con la que en la actualidad indagaban.
Caricias, besos, miradas que penetraban. Como penetraban sus dedos, al compás del deseo, que en sus adentros provocaban su libido encharcada. Alcanzando un éxtasis profundo en lo más alto imaginado...           Sonó el teléfono. Mirando de reojo el fondo de pantalla, ocasionó la rotura de tal magia. La miró.

-Es él.
-Cógeselo, tranquila. No pasa nada.
-Joder... Hola cariño. ¿Cómo te ha ido el día?...

Se acabó. Como si de una escena paralela a sus vidas se tratara, hicieron como si nunca hubiera pasado nada. Evidentemente pasó. Y la repercusión fue perderla sin explicaciones dadas. Supo de ella por las amistades en común. Cada una siguió con su vida, y nunca más volvieron a encontrarse.
Quizá miedo a lo experimentado. Quizá verguenza por no saber qué. Sentimientos encontrados en momentos determinados.
Quizá, quizá, quizá..
De vez en cuando se recuerdan. Se interesan en la vida que cada una lleva. Pero ahí se quedó. En algo que nunca pasó.

Si así se sienten mejor...



5 comentarios:

  1. Esas interrupciones siempre inoportunas... más de un momento de magia nos han roto, supongo que a todos en algún momento... curioso y seductor el relato... parece que ahora yo también empiezo a "conocerte".
    Me ha hecho gracia lo del cosquilleo relajante en el brazo... está comprobado que a la gran mayoría de chicas les funciona para relajarse (perdón por la redundancia, hoy no estoy muy fino)... tal vez esa sería una buena cura para tu insmomnio... dejar que alguna mano ágil te acaricie hasta caer en el sueño, o hasta perder el control... lo intentamos? jaja. Si no funciona siempre nos quedará la marihuana... una buena droga para las esperas y el relax ;) aunque la mejor, los orgasmos, sin duda.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. ¿Lo intentarias?
    Quizá lo que sucedería, conociéndome un pokito, sería sin duda alguna mi pérdida del control. Aunque después agradecería sin duda alguna que ésa misma mano acariciase mi cuerpo culminándome en un plácido sueño...

    No estaría nada mal... ;)

    ResponderEliminar
  3. Jajaja sin duda alguna..

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Lo intentaría... aunque no sería extraño que la pérdida de control fuera mutua, lo cual lo vuelve más tentador, si cabe... el único problema es que viendo tus tatuajes, igual una caricia es demasiado suave para ti... pareces entrenada para cosas más fuertes jaja (suena peor de lo que creo, pero no pienso auto-censurarme) Abrazo.

    ResponderEliminar

Datos personales