Yo

miércoles, 5 de enero de 2022

Metamorfosis

Te siento a mi lado dándome fuerzas. Tienes tanta razón... Ahora que veo con tus ojos todo es nitidez a mi alrededor. Maravilla. Fluyo como el cauce del río, como la ráfaga de aire roza una mejilla y coincide con una bocanada de aire fresco en los pulmones y respiras, y te sientes...
Viva.

He viajado en el tiempo, varias veces y aún me queda. No es nada especial pero éstos días son diferentes. Sales con una raya de speed y a medida que pasan los minutos pierdes fuerzas hasta tal punto que tu cuerpo recae aposentado en el tiro de escalera intentando que oxígeno entre en tus pulmones y tu cuerpo se reponga poco a poco. Consigues realizar una pequeña y lenta inclinación hacia abajo y te encuentras con un espiral de escaleras sin fin que distorsionan tu visión. Aguanta. Queda poco. Y se abre una puerta en el tiempo que te lleva a un lugar reconfortable, puedes dejarte caer en un lugar cómodo y descansar.

Poco a poco recobras el aliento y te das cuenta de que estás echa una mierda. Literalmente. Las fuerzas han desaparecido y aparecen temblores terrenales causados por un dolor atroz que atrofia tu capacidad de recomponerte instintivamente. Es aletargado. Pero es normal. El esfuerzo ha sido máximo, y todo cansancio merece su descanso.

Implosiona mi cabeza. Un dolor en el pecho punzante hace que valore mis viajes de hoy. Los buenos y los malos. Adelante y atrás. Es normal que esté tan cansada.

Hoy fui previsora y coloqué una coraza para protegerme de impactos. Resulta que me hago fuerte con el paso del tiempo y hoy he podido respirar sin ella. El cuerpo a cuerpo siempre fue para mí la lucha más loable. Hoy he visto que estoy preparada, y probablemente reciba golpes, lo sé, es ley de vida, pero lo importante es que estoy preparada para luchar, y además a flor de piel.

Mañana es mi cumpleaños. Fueron días importantes en mi temprana niñez, pero rápido pasaron a ser un día normal y corriente sin ningún motivo de festividad. Eso hizo que al salir de mi caparazón tampoco les diera mucha más importancia. Hoy he notado el cambio. Mañana voy a celebrar conmigo misma mi cumpleaños. Me lo debo. En mi soledad, conmigo. Con esa pequeña que ya ha crecido y sólo hay que seguir mostrándole la belleza del mundo. No parto de cero. Si algo tiene belleza en el mundo es el propio mundo. Nuestro planeta Tierra. Nuestra tierra.

Ésa que me encanta sentir en mis pies descalzos porque siento esa sensación de libertad que es vitamina para mí, y remuevo mis dedos en ella. Para sentirla, para disfrutar del momento, para sentir ésa conexión especial que buscamos desesperadamente algun@s. Como el sentirte libre bajo la lluvia y tan sólo sentir, cómo gotas de agua caen en tu rostro y te dejas abrazar por ésta magia que tenemos en éste mundo y que tristemente somos pocos los que los apreciamos... Momentos. Somos la resistencia. Aquéllos que no dejan perderse por lo material y su consumo y le aportan todo el valor del mundo al verbo vivir, sentir, de filosofía natural.

La vida no es más que eso, una secuencia de momentos con sus derivaciones elegidas o no, las que no se eligen tienen un brillo especial que no todo el mundo puede llegar a ver la estela de magia que la envuelve. Siéntete afortunad@ si consigues verlo, eso es realmente sacarle jugo a la vida. Darle su valor.

Todo mi alrededor se va desbloqueando poco a poco se abren mundos nuevos  para mí que quiero descubrir. Recuperé mi naturaleza, mis inquietudes y mis ganas de crear, me abruman. Saco toda mi fuerza precisamente de ello. Traje ignífugo adquirido. Bajar al infierno y volver a subir comporta un riesgo, los viajes van aflojando y volver a entrar en escena recién llegado y meterte en una conversación.. resulta cansado. Si sumas todos los viajes diarios... He dejado atrás las horas extras. Valoro mucho más mis horas libres.

Es el camino, lo sé, porque siento que curo. No siento tanto dolor. Me he equipado en cada viaje con el aprendizaje interiorizado. Mi barra de energía no baja desmesuradamente, he adquirido habilidades que me ayudan a ser más fuerte. Felicidades para mí. Empiezo a reconocerme en mi hazaña. A ponerme en valor. A vaciar mochila. Y joder qué puto descanso... 

Resulta que vivir es mucho más sencillo de lo que yo creía.


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