Yo

domingo, 21 de agosto de 2011

Tu alma en blanco

En la oscuridad de la noche, aquella en la que muchos vivimos y de la que otros escapan, degusto un vino tinto mientras a mis oídos se les regala buena melodía, para mi alma, para mi calma. Me estiro, desarmada. En mi sofá que me abraza, como si la vida le fuera en ello, mientras mi mente dispersa en emociones diferentes evalúa mi ser existencialmente. Me observo. Me analizo. Me psicoanalizo. Que idiota he sido. Mientras yo caigo en tu olvido, tú permaneces en mí como un ser infinito. Me delimito. Me deprimo y de mis ojos brotan lágrimas, todas aquellas que han sentido. De repente mi corazón encoge sorpresivamente, negándose a sentir más dolor del que sentí nunca en mi interior. Decepción. Y llega un momento en el que me seco. Me deshidrato. Me pierdo en el anonimato de volver a ser creyente de que me hallo en la mente de alguna gente. Volví a ser imbécil enormemente. Para cuando me recuerdes estaré lejos probablemente. Mis ojos no verán los tuyos. Mi cuerpo no reconocerá tus latidos. Serás tú el que caiga en mi olvido. En el recuerdo de lo vivido. De lo sentido. Como el huno que se desvanece de mi cigarrillo. Serás un espectro más del mundo paralelo en el que muchas veces me encuentro. Un mundo habitado por almas. Almas en blanco que ganaron su anonimato al pasar por mi vida desapercibida.
Sola. Como siempre aprendí a vivirlo. Como siempre había sido y no sé por qué pensé que...

Para qué decirlo...

4 comentarios:

  1. No me extenderé. Emocionante pero al mismo tiempo inquietante. Me ha gustado mucho. Genial.

    Saludos desde el octavo círculo del olvido.

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  2. ;) ¿Inquietante? ¿Te asustó mi mundo paralelo, acaso?

    Saludos desde el noveno ;)

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  3. Pues sí, inquietante tal vez por que yo he conocido un mundo así. Y recordarlo ciertamente trae emociones inquietantes más difíciles de esfumarse que el humo de un cigarrillo.

    Saludos desde el botón superior de la pechera del ascensorista del Leteo.

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  4. Supongo que quisiéramos hacer desaparecer ciertas emociones tan rápido como se esfuma el humo de un cigarrillo, lamentablemente no es así. Cierto es que permanecen en tí, y que difícil es salir.

    Saludos intentando buscar un qué rodeada de almas en blanco.

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