Yo

martes, 14 de junio de 2011

Cerdos para tu muerte

El verte de nuevo ha sido como caerme encima un jarro de agua fría. Quizás por que no lo esperaba. Quizás por que me duele en el alma. El echo de encontrarme contigo de frente ha sido una acción/reacción conjunta de mi corazón sentir un vuelco y mi estómago unas náuseas irremediables de vomitar encima tuyo.

Si tuviera la capacidad de parar el tiempo me hubiera plantado frente a tí. Te hubiera mirado fijamente con cara de asco y odio y te hubiera propinado una serie prolongada de puñetazos en la cara, pecho y estómago seguida de otra serie igualmente dura de patadas en tu espalda y extremidades. Simulando tu cuerpo como saco de boxeo. Liberando así toda la rabia, ira y maldad que desprende de mí al verte.
Arrancándote el corazón con un golpe seco. Introduciendo así mi puño en tu pecho y extrayéndolo de tu cuerpo, aún latiendo, como me lo arrancaste un día tú. Aún terrible dolor siento.

Lamentablemente no poseo cierto poder. Me he limitado a seguir andando haciéndote ver que mis ojos no habían visualizado tu denigrante ser. Bastante he sufrido ya al verte como para dedicarte la imagen de mi rostro con cierta repulsión abstracta.

Prefiero ignorarte. Aunque igualmente sufro un malestar conjunto de dolor puro y duro. Puro por que muchos años hace ya que siento tal angustia. Duro por que hoy en día procuraría hacerte daño con cualquier tortura china que provocara en mí placer. Por el echo de ver como te duele el vivir como me ha dolido a mí. Y entonces seguir...  haciéndote sufrir. Acabando por arráncarte a tiras la piel. Ésa que tantas veces vejaste en mi ser. Provocando un desangre constante en goteo incesante y esperándote al acecho tres cerdos abominables, impacientes de deborarte en vida sufriendo así una muerte sentida.

Tremenda satisfacción la mía. Suerte tienes de sentir por tí, irremediablemente, cierto sentimiento de miedo circunstancial congénito. Acostumbrada a ello me siento. Indignada moralmente y destrozada anímicamente.

Pero algún día, en proceso... 

6 comentarios:

  1. Para vencer los miedos hay que enfrentarse directamente a ellos... aunque sea más fácil decirlo que hacerlo.
    Suerte en tu venganza ;)

    ResponderEliminar
  2. Un texto duro y que comprendo muy bien por algunas experiencias que he tenido a lo largo de mi vida. Te recomiendo, desde mi humilde punto de vista, que pienses que esa persona te hizo daño, cierto, pero que toda esa rabia no te hace nada bueno, te provoca estrés y sentimientos muy negativos que no te dejan avanzar. Intenta borrarlo poco a poco de tu vida, te aseguro que funciona :)

    ResponderEliminar
  3. La rabia es uno de mis sentimientos preferidos... cuando estoy rabiosa me siento como una supermujer o algo así, me creo que lo puedo todo (luego se me pasa, jajaj)
    En fin, a todo cerdo le llega su San Martín ;)
    (Hay algunas que están con un cerdo pa' comer chorizo)
    Jajaj, perdón por mi desvarío, se me está yendo la cabeza
    un beso fuerte, pequeña rabiosa ;)

    ResponderEliminar
  4. Jajaja buena...
    Uno de mis favoritos también. Escribes mejor...
    ;) Besazo

    ResponderEliminar

Datos personales