Yo

miércoles, 23 de marzo de 2011

Ella

Permanecía inerte. Aislado del mundo entero. La ralentización del espacio-tiempo que notaba en su cabeza sólo le dejaba sentir los latidos de su corazón como si de cañonazos se trataran. No era capaz de reaccionar..
Así se mantuvo un tiempo prolongado. Sin saber qué hacer, sin saber qué pensar. Sólo transcurría el tiempo.
Miró a su alrededor. Todo estaba en su sitio. Todo limpio, bien colocado. Como siempre. Tenía la comida preparada encima de la mesa, y en la tele se escuchaban las noticias. La casa olía a café recién echo, para tenerlo listo después de comer. Su cortado que no faltase nunca.. Todo tranquilo.
Era él el que no estaba bien. En su cabeza, bloqueada por unos momentos, ella. No había dejado de pensar en ella ni un minuto de su vida desde que la conoció.
Gracias a su primo se habían conocido 6 años atrás. Desde que la vió aparecer por la puerta del bar se enamoró de ella. Se paraba el tiempo cada vez que la miraba a los ojos.. se los apartaba cada vez que ella notaba que la observaba. Era tímido y no se atrevía a aguantarle la mirada.. Tras una primera conversación caracterizada por balbuceos y repeticiones varias, debido a los nervios, ir conociéndola había sido un camino de rosas.. era encantadora. Simpática, alegre, divertida, interesante, inteligente y además preciosa.
¿Qué podía pedir más? Por ello cuando empezó a sentir que ella le correspondía no era capaz de ocultar su alegría. Su asombro, tras siempre pensar que no la alcanzaría, era abismal.
Pasado un tiempo se hicieron inseparables.. no iban a ningún sitio el uno sin el otro. A ella ya no le apetecía otra cosa que no fuera estar sin él. Ya no salía. No se iba de compras, no tomaba café cada día después de comer, en el bar de siempre con su mejor amiga, ya no iba a la picina, había dejado de bailar, de estudiar la carrera que quería... todo por estar con él. Él siempre se lo agradecía..
Poco a poco fue cambiando el carácter, aún él se pregunta porqué. Dejó de reir, dejó de cantar, dejó su espontaneidad, dejó de cuidarse, de maquillarse, de ponerse guapa, de querer gustar. Por el contrario despuntaba en ella una nueva personalidad, se empezó a encerrar en ella misma y se limitaba a obrar. Él pensó que era rutina. Que la vida había llegado a ser, quizá, aburrida.. pero mientras la tuviera a ella.. Nada más quería..
Pronto llegaron las discusiones, ella no opinaba, todo le parecía bien, no le importaba el qué de nada, simplemente obedecía. Eso a él le dió qué pensar..no eres feliz a mi lado? no está enamorada de mí?
Preguntarle era como hacerlo a una pared. Nunca obtenía respuesta.
Llegó la desesperación, él cree que por ambas partes. Unos días se fue a casa de su madre y después de tanto insistir solo recibió una callada por parte de ella y un "déjala en paz" de sus padres que no entendía.
Sintió querer morir. No podía vivir sin ella. No sabía nada. Cómo estaba, qué hacía, dónde se metía, con quién estaba, que pensaría... en él todavía?
Pasaba el tiempo y no lo superaba. Cada día se levantaba con la misma agonía. Su único pensamiento del día. Su único afán por vivir. Su locura más dulce. Su impaciencia crecía. Su ansiedad aumentaba. Y la rabia aparecía. En momentos puntuales no daba más de sí.
Se mantenía en la misma posición. Las manetas del reloj ya no corrían. La casa ya no olía a café. La comida ya estaba fría. Las noticias habían acabado, y él allí seguía. Absorto.
Cuando la miró estaba pálida. Ya no se movía. Apartó sus manos del cuello, observando las ematomas producidas. Su vestido rasgado dejaba ver su ropa interior. No le seducía. Se levantó de encima de ella. Le dolían las rodillas, aquella postura tanto tiempo le había entumecido las piernas. La siguió mirando mientras echaba marcha atrás.. se sentó en el sofá. Se puso las manos en la cabeza mientras metía ésta entre sus codos. Gritó. ¿Porqué? ¿Porqué me dejaste? Con lo que yo te quería.. Nadie te iba a querer nunca como yo.
Nadie la va a poder querer nunca más. Nadie va a poder hacer nada. Ella ya no está.
Miró a su alrededor mientras se agolpaban en su cabeza teorías.. La sacó de su chaqueta,  mirándola fijamente dijo:
"te amo nena" y empuñándola en su sien, disparó. Cayó al lado de ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Datos personales