Yo

sábado, 13 de octubre de 2012

Se estremece mi piel cada vez que me miras con esos ojos que me deslumbran y cierran todas mis heridas.
Se estremece mi piel cada vez que tu cuerpo abraza al mío en el silencio del infinito, allí donde se para el tiempo, muero y resucito.
Se estremece mi piel cuando tus labios rozan los míos, cuando creo tocar el cielo, cuando siento y vivo.
Se estremece mi piel cuando no estás a mi lado, cuando mi mente vaga en recuerdos de momentos a tu lado.

Andaba ausente, envuelta en una niebla espesa que no me dejaba ver lo bonito, la esencia.
Andaba sin rumbo fijo, dando pasos perdiendo el equilibrio, perdida en un laberinto de emociones que me empujaban al abismo.

Te colaste en mi vida como droga que apacigua mi azotea. Como jarro de agua fría, como despertar de una oscuridad asumida. Te colaste dejando huella en sangre, la que corre con fuerza ahora como torrente desencadenante. Te colaste... y doy gracias a cada instante. Cuando pienso y siento que tu nombre está grabado aquí en mi pecho.


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