Yo

domingo, 20 de noviembre de 2011

Sensaciones

Un rato ameno. Con unos amigos tomando unas cañas, y yo en mi mundo paralelo. Delirando sobre un pensamiento extraño, tú. Pensando en tus manos acariciando mi piel que quema otra vez. Que harde en deseos de saber si piensas en mí como yo lo hago en ti. Y humedezco. Valorando la idea de que tus dedos resbalen por mi espalda hasta llegar a la trastienda. Allí donde se encuentra el deseo. Allí donde guarda silencio todo lo que guardo dentro. Experimentando sensaciones que más tarde evalúo sin remedio.
Y me besas. Como si fuera la última acción que realizaras en este submundo de razón. Como si te fuera la vida en ello. De estraperlo. Con la magia de lo pensado, sentido e imaginado. Como yo te deseo a ti. Como irremediablemente me haces sentir. Una hoguera humana que desprende humo al revivir.
Y bebo de mi caña fría. A ver si apaciguo a las olas, con sus idas y venidas. A ver si apago el fuego que recorre mi cuerpo cada vez que te pienso. Cada vez que imagino que entras en mí de nuevo.
Trago. Inconscientemente abro mis piernas y estremezco sin quererlo al imaginarlo. Desgarras mis muslos atrayendo cada sensación de desenfreno. Custodiando cada parte de mi ser como si se tratara del tesoro a defender.
Y me pierdo...

Decadencia

No me entenderán. No podrán ponerse en mi piel ni llegarán a sentir lo que yo siento. No podrán llegar a imaginar lo que yo pienso, imagino o creo. No llegará nadie a hacerse una idea de lo que pasa por mi cabeza. Nunca. Mientras alguien lo intenta, sigo en mi idea firme de permanecer bajo sospecha, de sopesar cada gesto, cada palabra, cada caricia, cada idea. Analizando. Millones de conectores entre sí facilitan la llegada de cada significado a mi centro de recepción. Siendo así evaluados como descartado, posible o interesante.

-Procura no abrir la boca si no vas a decir nada inteligente, puede que tu subconsciente te delate regalándome una estupidez hiriente. Sorpréndeme acaparando toda mi atención en ti, y no hagas que mi mente se disperse en dos minutos de asfixia oyente.





Datos personales