Yo

domingo, 13 de noviembre de 2011

Encerrada

No puedo ver a través de mis ojos. Cerrando puertas a un interior que se ha hecho insensible, frío. Helado. Un hilo de cuero ha sellado mis labios. Mis párpados duelen al abrirse, permanecen cerrados. Aquí en la oscuridad sé quién soy. Supongo que debía caer otra vez, siempre encuentro mi lugar entre las cenizas.
Aún recuerdo el calor de mi corazón recorriendo mi espalda, hace algún tiempo ya, se volvió frío. Congelado. Maldito. Encerrada.
Partículas de mi alma se volatizaron en un pasado. Dejando un vacío que acaricio con cariño, para que no duela tanto. Desgarro. Albergando en mis entrañas el extraño sueño de poder volar. Escapar. Liberar el dolor que permanece en mis adentros y del que me enamoro día a día sin entendimiento. Dependiente de un sufrimiento. De un estado declarado en quiebra de emociones y sentimientos, del que me hace no humana, del que día y noche soy esclava. Cincuenta mil lágrimas he derramado por lamento. Lágrimas de sangre que hoy ya no recorren mi cuerpo. Calor que ya no siento. Tan sólo el veloz paso del tiempo. Tiempo que corre a destajo, que te deja en el asfalto si no eres rápido y coges el último tren en la estación de éste pueblo abandonado...

Datos personales