Yo

miércoles, 20 de julio de 2011

La vida en un recuerdo


No puedo respirar. Por más que intento inspirar, parece, la faringe, estar obstruida. Así que mis pulmones no se dilatan para coger aire, y los alveolos apenas hacen el amago de querer trabajar. Empieza a dolerme el pecho y no dejo de pensar que me encuentro mal. Las rodillas me tiemblan. Mi cuerpo entero se tambalea, me invade un estado de flojera. En mi barriga parece haber un agujero negro, un nudo sin saber quién lo ha echo, un vuelco hipotético, un manojo de nervios apretándolos en desespero. Descuelgo el teléfono...
Miro el número apuntado. Intento recordar las palabras que quiero pronunciar, y cuento hasta tres. Tres y medio. Cuatro. Cuatro y medio. Va, llamo. La espera es aún peor. Hasta que oigo tu voz. Diós! (e.p.). No sabes como te he pensado. No sabes cómo he llorado perdiendo tiempo en verte a mi lado. No sabes cómo te quiero. No sabes lo que significas para mí, y es así como hoy te escucho, te encuentro...
Tu voz. Débil. Dulce siempre, pero exageradamente débil, deja que lágrimas recorran mis mejillas.. Intando sobreponerme, para no hacerte sentir aún más débil, intento mantener la compostura, pero mis manos tiemblan y mi corazón me susurra... dolor siento...
El oírte siempre me recuerda a él. E inevitablemente mi emoción crece enormemente. Pero eres tú la que sigues estando aquí. Eres tú la que quiero ver sonreir. Como lo hemos echo toda ésta vida. Sabes que siempre lo has sido todo para mí. Me duele hoy el sentirte así, tan lejos de mí, tan frágil en el sobrevivir. Tu cante años atrás dejaste y aquél desparpajo con el que te caracterizabas tanto. Los años pasan, los daños duelen y el corazón aveces se encalla inevitablemente. Doy gracias por tenerte hoy aquí. Por hablar cada día un ratito contigo, por escucharte decir "estoy mejor, cariño", que tienes ganas de verme, que saldrás seguro con valor... Echen lo que te echen.
Siempre fuerte. Siempre a tu lado. Tú. Siempre tú...

Oscuridad

Me evalúo. Intento verme interiormente, y descubro que no soy tan fuerte. Que me desmorono últimamente. La fuerza sentida toda mi vida se desvanece. Me encuentro sin aliento. Sin comprensión, en desesperación. Y lo triste en cuestión es que no sé la razón. Me hallo perdida en emoción. Intento sentir con ilusión, pero mis intentos caen en vano. Miro por la ventana, y siento que conmigo no va nada. El aire a veces me acaricia, el sol intenta hacerme sentir hasta humana cuando toca mi cara. Pero la luna observa con penuria las razones de mis sollozos en la penumbra de mi habitación a oscuras. Intento encontrarme por dentro. Entrar en mis entrañas. Buscar con esmero. Pero no me encuentro. Camino por mi mente deambulando, sutilmente. Pero no encuentro respuesta. En mi mundo interno está oscureciendo y es difícil encontrar la razón de unos pensamientos, tristes, absurdos, desesperados, brutos, insulsos, idiotas, perturbados, no agraciados...
La no-emoción se convierte en dolor. Dolor que siento por creer perder el tiempo. Quizás en buscar algo que no poseo, pero que intenta salir de mis adentros y parece obstaculizarse. Por no sé que matices generales, mi mente vive en dos partes. Un mundo real donde aparentemente soy "normal", y otro mundo, quizás  personal,el cuál es más oscuro. Realmente es el más valorado, pero también el más irremediablemente perdido, no encontrado. Buscado, realmente buscado. No hallado.

Sigo buscando...

Datos personales