Yo

martes, 20 de diciembre de 2011

Suya

Mientras la rodeaba con sus brazos cargados de cariño, volatizaba su alma buscando un resquicio por donde escapar, dando paso a una sublimación regresiva en el tiempo, el justo para distanciarse, en el todo o en la nada, y poder analizar cada una de las emociones percibidas por sus receptores sensoriales.
Impregnada por su olor y sintiendo el gusto de sus labios, veíase perdida en la más desconocida emoción encontrada. Aterrorizada por el precipicio al que asomaba, sentía recorrer su cuerpo un rojo intenso sangre que invadía su ser más puro. No dejándola pensar en las cadenas que acorazaban su corazón hasta el momento, protegiéndolo así de vacíos innecesarios, de emociones perdidas en alcantarillados, o de obligaciones no sentidas ni recreadas.

Sobrecogida por el sentimiento, y pensando en acciones pasadas, agarrando maleta en mano y dejando atrás tierra de por medio, sentía no tener la necesidad de reaccionar ésta vez de tal manera. Sorprendida por ella misma se debatía en un mar de preguntas, dudas y miedos que interactuaban entre sí.

Suspendida en el aire procurando cicatrizar heridas vividas, toma la iniciativa de dejar una puerta abierta en el portal más tétrico y oscuro jamás habitado, dejando pasar un hilo de luz capaz de alumbrar la triste estancia, abandonada en la penumbra del dolor más significativo.

Sonríe en soledad. Queriendo ser cómplice del tiempo, escondida en dimensiones paralelas al mundo del que reniega. En el todo o en la nada. En la inmensidad de su alma...

lunes, 19 de diciembre de 2011

Centrifugado

¿Si me meto en la lavadora y centrifugo... desaparecerá toda esta mierda que tengo en la cabeza? 
El programa de lavado y aclarado de dos horas a noventa grados centígrados debería de ser suficiente...

martes, 13 de diciembre de 2011

Enfurece

Mis manos se apoyan con fuerza en la pica. Mis brazos tensos, agarrotados, no dejan de temblar inconscientemente. Tengo miedo de mirar mi reflejo en el espejo. Tengo miedo de verla. Mi cara se oculta tras mi pelo mojado. Y mientras, no puedo dejar de hiperventilar. Sin descanso.
Intento recuperar fuerzas. Intento sacar valentía de rincones oscuros. De abandonar sollozos inoportunos.
Poco a poco alzo la vista al frente. Y de repente... Ella está ahí.
Me mira con soberbia. Menospreciando lo que tiene delante. Tiene la facilidad de hacerme daño al mirarme y mucho más si enfurece. Mi cuerpo tiembla. Agacho sin querer mi cabeza, dominada por su fuerza. Repentinamente grita y estalla en carcajadas de alevosía. Mis manos tapan mis oídos. Acción/reacción.
Grito llorando. ¡No!

Siempre está ahí. Oculta. Golpeándo con el puño en la mesa. Amenazándome con que en cualquier momento puede salir. O puede permanecer en mí, que es peor. Puede poseer mi otro yo, mi tranquilidad más absoluta, y puede volverme loca; de dolor, de rabia e indignación. Puede hacerme gritar, golpear, romper, cortarme también, y hacer sentirme insignificante dentro de mi ser.

Con el tiempo he aprendido a tratarla. Poco a poco a difuminarla. Aunque sé que vive en mí. Que siempre puede resurgir y arrasar con todo, con lo que tengo entre pecho y espalda, y que late de un modo u otro.

Mi cuerpo se resiente de su angustia más aguda. Inspiro. Expiro. Inspiro. Expiro. La miro de reojo apretando la pica tanto que me hago daño. Encajo dientes con fuerza y le grito ¡Fuera!. Se desvanece sonriendo sin ningún temor, avisándome de que sigue aquí. Que puede salir...

- Hasta próximo aviso, mi otro Yo....


lunes, 12 de diciembre de 2011

Siente..

Ese sentimiento puro y duro que sólo pueden sentir ellos. Esa emoción de sentirse como en casa, y a la vez, los nervios de siempre al volver a tocar. Supongo que debe de ser algo... inexplicable. Algo que sólo se puede sentir. Algo que hace vibrar su interior y que ayuda a mostrar todo un sentimiento a flor de piel. Una adrenalina que actúa como droga para sobrevivir. Un ebullición de sangre en vena a punto de estallar en una emoción elevada al cubo. Un estado elevado a cien metros sobre el cielo sin necesidad de ninguna droga, tan sólo la de tocar, cantar y hacer vibrar al personal con sus notas.

Vibrar. Emoción que alcanzamos nosotros al percibir dicha energía. Adrenalina. Bienestar. Por el sentimiento que podemos alcanzar al sentirnos rodeados de su magia. Locura. Pura y dura. Que brota de cada poro de nuestra piel al sentir sus notas traspasar nuestro ser.
Una química nace entre banda y público fiel. Una química inexplicable también. Necesidad del uno por el otro. Necesidad de sentirse en una misma línea, en una misma época, vida. Nostalgia por la voz que acompaña tu melodía, la del día a día.

Salta, y grita, y canta, y arrójate a esos mares de brazos que sólo piensan en agarrarte y no dejarte caer. Sobresalto. Siente tocar los acordes como el sentir que tu sangre recorre. Siente la batería como el corazón te bombea sin medida. Siente. Vive. Explota en emociones y sentimientos que reprimías.

Bienvenido sea el grunge a vuestras putas vidas...










Araño

Atrapada en una telaraña hecha a consciencia
Lamiendo el lodo del que intento salir despacio
Decorando un camino clamando penitencia
Estaca en mano acabando con mi calvario.

Tragando palabras decoradas con sangre fresca
Hormigas trepan por mi cuerpo delgado
Derrito mis labios si sueño despierta
La luz poco a poco, se va apagando..

jueves, 8 de diciembre de 2011

Escape

Miro a través de mi ventana. Caminan de un lado a otro, sin pausa. Cientos de puntitos se desplazan formando líneas continuas, en otros parámetros entrecortadas. Siento que no entro. Que no pertenezco a ese conjunto de puntos que parece no tener más que un sentido. Corro la cortina absorta, pensando en qué demonios hago aquí.
Me atasco, bloqueo. Una sensación de asfixia recorre mi cuerpo. Una necesidad inunda mi alma. Necesidad de salir. Éxit. Sobrevivir.
Risas falsas, abstractas. Diálogos sin necesidad de ser escuchados. Caras deformadas de la corrosiva forma de vida. Orgullos intactos. Ring formado por escaparatistas de sus fabulosas vidas más tarde derrotados por la realidad que les autoderriba. Crueldad en el impacto, en las miradas de reojo y en la carencia de lo cercano. Triste desconfianza hacia el prójimo, lo peor de todo, acto presente. Deprimente.

Abro la ventana sintiendo el aire en mi cara. Deseando escapar y volar. Volar lejos de aquí, donde nadie me pueda seguir..

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